El papel del empresario y del dirigente

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345 La doctrina social insiste en la necesidad de que el em­presario y el dirigente se comprometan a estructurar la actividad laboral en sus em­presas de modo que favorezcan la familia, especialmente a las ma­dres de familia en el ejercicio de sus ta­reas; 722 que secunden, a la luz de una visión integral del hombre y del desa­rrollo, la demanda de calidad «de la mercancía que se produce y se consu­me; calidad de los servicios públicos que se disfrutan; calidad del ambiente y de la vida en general»; 723 que inviertan, en caso de que se den las condiciones eco­nómicas y de estabilidad política para ello, en aquellos lugares y sectores productivos que ofrecen a los indivi­duos y a los pueblos « la ocasión de dar valor al propio trabajo ».724

 

  1. INSTITUCIONES ECONÓMICAS

AL SERVICIO DEL HOMBRE

 

346 Una de las cuestiones prio­ritarias en economía es el em­pleo de los recursos,725 es decir, de todos aquellos bienes y servicios a los que los sujetos económicos, producto­res y consumidores, privados y públicos, atri­buyen un valor debido a su inherente uti­lidad en el campo de la producción y del consumo. Los recursos son cuantitativamente escasos en la naturaleza, lo que implica, necesariamente, que el sujeto económico particular, así como la socie­dad, tengan que inventar alguna estrategia para emplearlos del modo más racional posible, siguiendo una lógica dictada por el principio de economicidad. De esto dependen tanto la efectiva solución del problema económico más general, y fundamental, de la limitación de los medios con respecto a las necesidades individua­les y sociales, privadas y públicas, cuanto la eficiencia global, estructural y funcio­nal, del entero sistema económico. Tal eficiencia apela directamente a la responsa­bilidad y la capacidad de diversos sujetos, como el mercado, el Estado y los cuerpos sociales intermedios.

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