12. Servicio angelical respecto a Jesús en relación con la tentación en el desierto

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Jimmy Drabczak

En los evangelios, el único servicio angelical concreto hacia Jesús, desde el inicio de su ministerio público hasta los eventos pascuales, está relacionado con la tentación en el desierto, que ocurrió después de su bautismo en el Jordán. Solo Lucas concluye la escena de la tentación con un detalle importante: “Cuando el diablo terminó de tentarlo, se apartó de Él hasta el momento oportuno” (Lucas 4, 13). Este detalle será retomado más tarde en la escena en Getsemaní. Los servicios angelicales después de la tentación se mencionan brevemente en los evangelios de Marcos y Mateo (Marcos 1, 13; Mateo 4, 11), y los textos son muy similares.

Algunos estudios han señalado que estos relatos contienen elementos de la catequesis primitiva, como la identificación de Jesús como el Mesías y el “Nuevo Adán”, tentado como Abraham y ayunando como Moisés durante cuarenta días. Además, Jesús actúa como el antitipo de Israel, que también estuvo en el desierto durante cuarenta años, siendo probado allí. Esto sugiere que estas tradiciones no se originaron por intereses biográficos, sino que reflejan enseñanzas catequéticas.

Los evangelistas, al reproducir estos relatos, también reflejan el contexto eclesial de su tiempo. El propósito de incluir esta escena era subrayar verdades teológicas sobre el Hijo de Dios desde el inicio de su ministerio público. 

El servicio de los ángeles a Jesús se interpreta de diversas maneras, dependiendo del verbo griego “diakonein” (servir). Este verbo, que en otros lugares del Nuevo Testamento se refiere al servicio de la mesa o al suministro de alimentos, sugiere que los ángeles no solo asistieron a Jesús después de los cuarenta días de ayuno, sino también durante el ayuno mismo.

El concepto de “ángeles de cuidado” implica que los ángeles no solo trajeron alimento a Jesús después del ayuno, sino que lo acompañaron durante los días de tentación, tal como se describe en el Salmo 91, 12 (citado en el diálogo con Satanás, Mateo 4, 6; Lucas 4, 10). En este contexto, los ángeles son enviados como expresión de la preocupación de Dios Padre por su Hijo. La escena también menciona que Jesús estaba acompañado por animales, probablemente salvajes, lo que refuerza la idea de un lugar desolado y remoto.

Aunque estos detalles son breves, muestran que el kerygma primitivo de la Iglesia ya contemplaba el servicio de los ángeles a Jesús, especialmente después de los relatos de su infancia. Este servicio angelical, aunque difícil de precisar con exactitud, es significativo en las narraciones evangélicas. Después de esta intervención en el desierto, los ángeles no volverán a intervenir hasta los eventos finales relacionados con la Pasión y Resurrección de Jesús. Sin embargo, en la enseñanza pública de Jesús, especialmente en la escatología, los ángeles también cumplen un rol de servidores, continuando el mensaje apocalíptico del Antiguo Testamento.

Así que el servicio angelical a Jesús en el desierto no solo muestra una dimensión celestial de protección y ayuda, sino que también nos invita a reflexionar sobre la preocupación de Dios por nosotros en momentos de debilidad y tentación. La tentación de Jesús es un episodio cargado de símbolos teológicos profundos. Los ángeles no solo proveen alimento físico, sino que también acompañan a Jesús en su lucha espiritual, simbolizando la presencia constante de Dios en los momentos de prueba. Este relato nos recuerda que, en nuestras dificultades, la presencia divina siempre está cerca, sosteniéndonos y guiándonos.