Décima
Son pobres uniformados
que llevan una escopeta
o una pistola Beretta
con las que fueron armados,
sin haber sido entrenados
para ejercer la función
de servir de protección
y los llaman “guachimanes”
a estos celosos guardianes
expuestos a una agresión.
Son en su gran mayoría
de básica educación
viéndose en la obligación
de aceptar pasar crujía,
con jornada día a día
y un riesgo para su vida
al no encontrar más salida
para ganar el sustento
trabajando contra viento
en horarios extendidos
extenuados y rendidos
para no vivir del cuento.
Las firmas de vigilantes
son empresas conocidas
y muy bien establecidas
con aportes importantes
para miles de integrantes
que hallan trabajo estable
delicado y responsable
a veces tanto riesgoso
incluso hasta peligroso
que debe ser mejorable.
Son noticias recurrentes
leer que unos criminales
usando medios letales
como cruentos delincuentes
a estos hombres inocentes
les malogran la existencia
con preocupante frecuencia
para la seguridad
y sufre la sociedad
esta ola de violencia.
No basta anunciar medidas
o planes de contingencia
debe actuarse en consecuencia
con acciones aguerridas,
que las bandas homicidas
se pasaron hace rato
y enfrentarlas de inmediato
es tarea imperativa:
tomen ya la iniciativa
es lo correcto y sensato.-