Por: José Jordi Veras Rodríguez.
Al escribir este artículo nos mueve que la conciencia del ciudadano, del que tiene un gran corazón, es buscar que este tema de los feminicidios, o de asesinatos en contra de las féminas por el hecho de ser mujer, tenemos que buscarle una forma en que se vayan reduciendo y que la violencia presente en el hombre y la cultura del machismo, vaya cambiando.
Todos aquellos que somos padres de una niña, adolescente o mujer, tenemos que vernos en ese espejo, que cada año cifra una cantidad alarmante de muertes a manos de las parejas, ex parejas, o de aquellos que se producen por el solo hecho de ser mujer.
Es muy posible que al momento en que usted, padre, abuelo, tío, hermano, primo, amigo, compañero de trabajo, conocido; esté leyendo este escrito, ya se haya producido en el país un hecho terrible de feminicidio, igual o con peores consecuencias que el último que haya conocido o escuchado.
Ya hemos comenzado la lista lamentable de mujeres que han caído a manos de sus asesinos, ya apenas estamos iniciando el 2025. El hecho más reciente, al momento de escribir el presente artículo ha sido el ocurrido en La Vega, en la cual un segundo teniente de la Policía, Jiménez Adames, quien le quitó la vida a quien era su pareja y a su suegra, Meylin Ariany Marte Rodríguez y Marisela Rodríguez Marte., respectivamente. Quien ya había tomado la decisión de alejarse del padre de sus hijos y que por temor no había decidido alejarse de este hombre.
Es el mismo esquema, hombre violento con historial y recurrencia a la violencia y miembro de la institución policial, el cual estaba armado. Y de paso, acaba con la vida también de la madre, que lo único que buscaba era proteger y ayudar a su hija. Pero, si bien es cierto que no habrá un fiscal o agente policial, para cada víctima que está siendo violentada o abusada, pero crear las condiciones de mayor protección de parte del sistema para ellas. Porque hasta ahora, estamos fallando como Estado frente a quien se siente acosada, ultrajada, violentada o abusada, por sus parejas o ex parejas.
No es posible que sigamos siendo dentro de la región del Caribe uno de los países que sigue mostrando graves estadísticas de muertes de mujeres por el hecho de ser mujer. Debemos seguir creando los recursos humanos, materiales, logísticos y económicos, en favor de aquellas instituciones que buscan aminorar este flagelo, así como llevar mayor planes y métodos de conciencia para con los hombres.
Por ejemplo, para que ustedes amigos lectores, tengan una idea, veamos esta cifra que salieron publicadas en agosto del 2023: “En los últimos cinco años en República Dominicana han muerto 758 mujeres en condiciones de violencia, de las que 438 están tipificadas como feminicidios, equivalentes al 57.7 por ciento, por ser perpetrados por personas de su entorno, incluidas parejas y exparejas”. Y se establece que una gran parte de esos feminicidios se cometen en el entorno de las casas familiares.
Nosotros, los padres y todo el que forma parte de esta sociedad, debe aportar su granito de arena, para crear y llevar mayor conciencia a una cultura de respeto, comprensión, sensibilidad y apoyo, para las mujeres, que hoy día siguen siendo asesinadas, por el hecho de su condición de mujer y por no aceptar cuando una relación termina, ellas, no son objeto de nuestra propiedad.
