Parecen del paleolítico
sin fecha de expiración
en su eterna aspiración
un grupito de políticos
que con sus votos raquíticos
en procesos comiciales
validan sus credenciales
aliados a los demás
llevan décadas y más
por no renunciar jamás
a recursos sustanciales.
Sus rostros son conocidos
sus artimañas también
para mantenerse bien
y siempre favorecidos
con sus trucos retorcidos
se integran en las contiendas
con amarres, componendas
en total opacidad
y con gran rapacidad
para devorar prebendas.
Y si acaso se “retiran”
porque obligan los otoños
nos dejarán sus retoños
que a sucederlos aspiran
y en su legado se inspiran
para estar en el Estado
como una lapa enquistado
en la nómina oficial
con un cheque sustancial
como buen privilegiado.
Es tiempo ya del relevo
(que no sean sólo caras)
para trabajar en aras
de lo positivo y nuevo,
que mis plegarias elevo
¡oh, Virgen de la Altagracia!
para que llenes de gracia
de cabo a rabo el país
y surja de su raíz
una sana democracia.-