Multitudes de personas
de diferentes países
allí echaron raíces
delimitando sus zonas
Alto Manhattan, Corona …
y en muchos otros condados
millones de avecindados
de territorios distantes
llegaron como inmigrantes
a éste y otros Estados.
Tras ‘el sueño americano’
llegaron de mil maneras
unos cruzando fronteras
o con su visa en la mano
muchos los trajo un hermano
o algún cercano pariente
de China o de Medio Oriente
distante o próxima tierra
otros huían de la guerra
o por pensar diferente.
Por eso se ha convertido
en capital de culturas
sus lenguas, sus vestiduras
que en la urbe han confluido
y un mosaico han construido
de intensa policromía
conviviendo en armonía
sus diversas tradiciones
costumbres y religiones
en perfecta sintonía.
Iglesias y catedrales
sinagogas y mezquitas
cristianas y/o maronitas
con sus credos y rituales
ya modernos o ancestrales
con seguidores masivos
celebrando días festivos
que guardan sus calendarios
en sus propios vecindarios
con símbolos expresivos.
Nueva York es la ciudad
a la que quise escribir
y traté de describir
en su gran complejidad
porque esa diversidad
por recóndita razón
es como un gran corazón
con millones de latidos
que los Estados Unidos
los cubre con su blasón.-