El santo Papa Juan Pablo II nos dio muchas excelentes clases de amor a la patria. En peregrinaciones por el mundo, saliendo del avión, primero se arrodillaba en la tierra y la besaba. Con este gesto decía sin palabras: “Los quiero a todos y a vuestra querida patria”.
Patria – familia de las familias. El hombre para una vida digna necesita un pedazo de tierra que conozca y ame. Y así, tiene el sagrado deber de conocer, amar, guardar y defender esta tierra. Bueno, Patria es la lengua, la fe, tradición y cultura común. Son raíces comunes, es decir, historia, el crecimiento común, destino común, supervivencia y construcción comunes…
Una vez conocí en Canadá a un joven polaco que, cuando le pregunte sobre su añoranza por Polonia, pronunció palabras blasfemas: “Allí está mi patria, donde me siento bien”. Pensé para mis adentros: pobrecito, estás sin patria y sin raíces. Después de todo, al igual que un pez necesita el agua y un pájaro el aire, así un hombre necesita una patria, un futuro común y fuertes lazos familiares. ¿Y que hay con aquellos que abandonan República Dominicana? Es bueno hacerse esta pregunta y reflexionar en base de este contenido. Es bueno ver si nuestros antepasados murieron de vano o no.
Hay una leyenda de san Estanislao, obispo y mártir polaco. Según la leyenda, las águilas volaban sobre el cuerpo del mártir, que había sido cortado en pequeños pedazos, hasta que de nuevo no volvió a acoplar. Las águilas de la tierra polaca fueron los líderes y forjadores, fueron pensadores y poetas, fueron santos. Ellos trataban de acoplar a Polonia como las águilas a san Estanislao. A la leyenda de san Estanislao se asocia la historia de los héroes de la patria del panteón de Santo Domingo y todo aquel, quien multiplica el pan por millones en el trabajo diario. Todo trabajador y todo agricultor, incluye también a quien, con espíritu creador, enriquece el tesoro de nuestra cultura y a quien, como maestro, transmite la cultura a las nuevas generaciones, a todos quienes se preocupan por el medio ambiente, por la limpieza de nuestros alrededores, a todos sacerdotes y monjas que entregaron sus vidas, tratando de mantener en nuestra sociedad el espíritu de fe – Dios, Patria, Libertad. Todos ellos pertenecen a la leyenda de san Estanislao. Pues ellos a la luz del pensamiento cristiano, son nuestros santos de ayer y de hoy. Han sido y serán la sal de nuestra Tierra Quisqueyana.
Siempre se ha creído que la providencia de Dios gobierna este mundo a través de los Ángeles. Y los Ángeles se involucran aún más, cuando se trata de las cosas de carácter espiritual y de los ataques al amor a la patria y el sano patriotismo.
Santos Ángeles, a quienes Dios dio el Reino de los Cielos como patria, cultiven en nosotros el amor sincero por nuestra patria terrena, para que la protejamos, construyamos y desarrollemos sabiamente. Amén.