Bajo el lema “De Colores”
en Mallorca, por allá,
Bonnin, Hervás y Gayá
(un seglar, dos monseñores)
fueron los auspiciadores
de los cursillos cristianos
para que tantos hermanos
reencontraran el camino:
al Espíritu Divino
y abandonaran lo vano.
Un bastón de peregrino
y cintas multicolores
que representan valores
cual si fuesen pan y vino;
este esfuerzo levantino
es como un sacramento
al vivir el fundamento
de la fe que es vida y luz
como Cristo que en la cruz
probó su fe en el tormento.
Es realidad eclesial
que en España se gestaba
y a nuestra tierra llegaba
como luz providencial
con un efecto crucial
en el alma del creyente
que es mucho más que un oyente
(el cual estuvo pasivo)
para ser cristiano activo
consagrado y consecuente.
Tres dimensiones alcanza
en un concepto indiviso:
Gratitud y Compromiso
como también Esperanza
en una justa balanza
que vivimos en ultreya
en la devota Quisqueya
un gran encuentro fraterno
que es camino hacia lo eterno
cual luminosa epopeya.
Seis décadas recorridas
esparciendo la simiente
nadando contracorriente
y olas embravecidas
para salvar tantas vidas
haciendo de Dios rebaños;
y, evitando los engaños,
al Evangelio ser fiel
como una segunda piel
en estos sesenta años.-