La resurrección de Cristo es el comienzo de una nueva vida para los hombres y mujeres, porque la verdadera renovación comienza siempre desde el corazón, desde la conciencia.

Así nos dice el Papa Francisco y lo pregonaremos por todas partes, porque es urgente renovar nuestras vidas, haciendo de ellas un faro de luz.

La humanidad atraviesa por momentos muy difíciles, y los dominicanos y dominicanas no escapamos de esta realidad. Estamos en presencia de tantos signos de muerte, que podemos caer en la indiferencia, y pensar que todo terminó.

Proclamemos, como sigue expresando el Santo Padre, que el amor ha vencido el odio, la vida ha vencido la muerte, la luz ha disipado la oscuridad.

¡Ánimo! Sigamos cantando a todo pulmón: Alegría, alegría hermanos, que si hoy nos queremos es que resucitó.

La resurrección del Señor nos da las fuerzas necesarias para vencer el egoísmo, para saltar los obstáculos que impiden llegar a la meta de la felicidad plena, que encontramos cuando servimos a los demás, y pasamos por la vida haciendo el bien.

Porque el Señor resucitó, miles de hombres y mujeres lo han dejado todo para seguir llenando nuestro mundo de esperanza.

¡Feliz Pascua!

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