Una buena noticia exigente

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El Evangelio de este tercer Domingo del tiempo ordinario (ciclo A) expone rasgos decisivos de la acti­vidad de Jesús.

En Mateo 4, 12- 23, vemos cómo la prédica de Jesús ponía en evidencia las trampas del abusador Herodes Antipas y sus aliados.

Segundo, tan relevante y poderoso era el mensaje de Jesús, que Mateo lo presenta así: “a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.”

Tercero, Jesús no se predicaba a sí mismo, sino que anunciaba así: “conviértanse porque está cerca el Reino de los cielos”, es decir: “cambien de menta­lidad y de prioridades, se ha acercado a ustedes una oportunidad única de parte de Dios”. Esa noticia era y es tan importante, que Jesús le pidió a un grupo de hombres: ¡dejen sus redes y sus barcas y vengan conmigo para anunciar esta Buena Noticia!

Nuestra Iglesia insiste en que todos conozcamos lo que creemos y celebra­mos para que nuestras vidas se transformen desde adentro.

Creemos y celebramos que en Jesús, Dios se nos ha acercado de manera de­finitiva. Jesús nos invita a cambiar, a salirnos del egoísmo y a pensar en los intereses de los demás. Tómate el tiempo de acercarte a tu parroquia. Anó­tate a colaborar en algún pro­yecto de servicio, haz un cursillo de cristiandad, un retiro, aprende a orar, apro­vecha los cursos, ¡déjate medir por la Buena Noticia de Jesús!

Acoge con respeto la Palabra del Maestro. Dé­jala echar raíces en ti y experimentarás su poder de transformación.

Cuando una persona, que respetamos, nos reco­mienda encarecidamente comprometer nuestros ha­beres en un proyecto, le hacemos caso. Jesús dedi­có su vida al anuncio del Reino, como Buena Noti­cia de parte de Dios. Apués­tale a la Buena Noticia de Jesús lo que eres y lo que tienes. ¡No te defraudará!

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