EN TORNO AL CARDENAL BERAS

“Cuando la República Dominicana era toda ella una sola Arquidiócesis, el Cardenal Beras la recorrió hasta sus últimos rincones, de Norte a Sur y de Este a Oeste, a lomo de caballos o mulos en las llamadas “visitas pastorales”, que deben hacer los Obispos a cada lugar de su Diócesis.

A su muerte deja una Iglesia que ha crecido: ocho diócesis han salido de la Arquidiócesis Madre y ahora son nueve con ella; doce Obispos presiden actualmente la Iglesia dominicana y todos han sido discípulos suyo de alguna manera.

En el siglo pasado y en la mitad del siglo presente, el país no tuvo muchos sacerdotes. Ese hecho influye negativamente, sin lugar a dudas, en la evolución cultural de la Nación y de la Iglesia misma.

El Cardenal Beras es quien pone en marcha, para estos últimos cuarenta años, el actual crecimiento del número de sacerdotes y del florecimiento de las vocaciones sacerdotales, tanto para el clero diocesano como para las diferentes congregaciones religiosas.

La historia recogerá, ciertamente, en sus detalles otros muchos datos más de la larga vida pastoral del Cardenal Beras. Pero lo que no podrá plasmar en palabras ni en cifras, es la acogedora sonrisa que siempre acompañó a este Pastor, bondadoso por definición”.

UN MOMENTO, 1990.

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