Isabel Valerio Lora‚ MSc.       

‟Hay tres frases que nos impiden avanzar: tengo que hacerlo bien, me tienes que tratar bien y el mundo debe ser fácil″. Albert Ellis.

República Dominicana pertenece al 7,5% de países con un presupuesto en salud mental inferior al 1% del presupuesto destinado a la salud pública. La salud mental  en nuestro país se encuentra en estado de emergencia. Cada día las personas se tornan más irritables, depresivas y reactivas.

La OMS define la salud mental como “un estado de bienestar en el que el individuo realiza sus capacidades, supera el estrés normal de la vida, trabaja de forma productiva y fructífera, y aporta algo a su comunidad” (OMS: 2013, p. 9).

Según expertos en salud mental‚ luego de la pandemia se han incrementado los trastornos mentales. Las patologías por las que acuden a consulta son: depresión, ansiedad y ataques de pánico, uso y abuso de sustancias psicoactivas‚ trastornos de personalidad y patologías duales. Afectando de forma directa la calidad de vida no solamente de quien la padece sino también de su familia y red de apoyo.

Informes de la OMS, refieren que en la República Dominicana un 4.7% de la población padece de trastornos depresivos, mientras que un 5.7% sufre de trastornos de ansiedad (OMS, 2017). 

Las limitaciones existentes en el sistema de salud mental de la República Dominicana fueron confirmadas mediante los resultados de la aplicación del Instrumento de Evaluación para Sistemas de Salud Mental de la OMS (IEMS-OMS). La falta de recursos financieros y humanos, deficiencias en la protección de los derechos de salud, la falta de atención a la salud mental y la poca participación de la sociedad civil, entre otras, representaron las principales limitaciones. (García, 2020).

Otras limitantes encontradas en la salud mental en la República Dominicana fueron: larga espera (hasta meses) para obtener una cita  en los servicios de salud mental en los hospitales‚ costos muy altos para acceder a consultas de salud mental a nivel privado‚ no cobertura de dichas consultas por las ARS.

Por otro lado‚ los centros para ingresos de pacientes con trastornos mentales en crisis  son muy limitados y con escasas camas. El personal carece en su mayoría de entrenamiento para abordar dichos trastornos y las patologías duales‚ el tabú existente detrás de una enfermedad mental‚ la poca importancia que se da a la salud mental y otro gran número de limitantes.