Por: José Jordi Veras Rodríguez.

A veces, se hace difícil poder comprender en medio de las pruebas y los grandes problemas, mirar que detrás de todo ello, existe un buen propósito.

Se hace difícil poder mantener firmes las fuerzas, cuando ves que todo ante tus ojos se desmorona y mantener aún tu creer.

Se hace difícil, que en medio de las caídas, pensar que te levantarás y podrás volver a estar firme.

Se hace difícil pensar que en medio de la calamidad puedas encontrar quién te brinde la mano amiga y dé el apoyo que requieres para no terminar quedándote varado.

Se nos hace difícil mantener la fe firme ante los embates y golpes de la vida.  Que tras una situación llegue otra peor. A veces pueden llegar a cruzar por nuestra mente la pregunta de si vamos a poder salir adelante con todo lo que estamos enfrentando.  Y lo que viene a nuestra mente es desistir, tirar la toalla. No querer seguir adelante.

A veces se nos hace difícil mirar la sabiduría en medio de la catástrofe, una tras otra.  Que busquemos aprender con la fortaleza de la conciencia. Porque es a través de esta última que podemos entender y comprender tantas oscuridades que no podíamos observar detenidamente.

Todo el que ha atravesado por duras pruebas, está más que consciente de que hubo momentos en los que pensó renunciar a mantener su firmeza y su fe.  Por eso, no solamente debemos aferrarnos a los instrumentos humanos, sino que detrás de las fuerzas como la oración y la entrega de tus problemas que ya no dependen de ti, obran de manera poderosa.

De poco nos vale vivir en medio de las preocupaciones, porque nos evita movernos de forma lógica y tomar decisiones puntuales.  Es siempre más oportuno, ocuparnos de aquello que nos corresponde, y lo que no esté en nuestras manos, dejárselo a nuestro guardián, que luche y pelee por nosotros, y confiar en que no estamos solos en medio de la penumbra y aun estemos sentados frente a frente a con nuestros enemigos, saber que quien no se aleja del poder divino, nunca quedará a solas frente a ellos.

A veces, mantener un sí para seguir creyendo y no debilitar todo aquello que hemos construido sobre base firme y que ha salido del mismo proceso de haber atravesado todas las batallas y no permitir que éstas lo hayan detenido.

No les habla alguien que tan solo ha leído grandes testimonios, sino, quien tuvo que enfrentar episodios en que la locura estaba más cerca que la razón; que dejarse caer en la desesperación parecía más fácil y menos doloroso que asumir la calma.  Que era más conveniente no seguir intentando la lucha diaria, que volver a colocarse la armadura para no dejar caer la espada de mantener un sí, para el día que tocaba.

Es posible que siga pasando por nuestra mente darle la llave a todo aquello que sea negativo, y no mantenernos firmes. Sin embargo, te invito a que hoy le sigas respondiendo un sí, a quien ha sabido confiar, creer y depositar en ti, las fuerzas que requieres para recordarte que está contigo y te invita que sigas luchando por mantener la luz de la esperanza encendida, porque a través de ella, otros podrán seguir su camino.