La familia Ulloa profesa fe pública adornada con los frutos propios del amor. Numerosa descendencia, trabajo tesonero, obras de bien, soporte de las vocaciones y oración.
“Porque somos una familia de fe”, subrayaba Don Pompilio en las palabras propias de la ocasión.
Hijos y nietos, antiguos vecinos y allegados, al expresar sus felicitaciones, dejaron ver aquello que Doña María guarda detrás de su semblante calmado y sonriente: madre y esposa incondicional, presta a la escucha, el consejo y confidencia necesarios para cultivar la confianza; amiga fiel en todo tiempo, solícita y amable ante las necesidades de otros.
Un corazón de oro puesto al servicio del bien, de la familia y la fe, en donde encontrar expresado el amor de Dios.