La mujer dominicana es ejemplo de trabajo y entrega sin límites para servir a los demás. Es transmisora de la fe, y en su vida encarnan los valores que hacen posible la convivencia humana.

Nos llena de esperanza ver cómo avanzan en la superación personal. Las aulas universitarias están llenas de ellas. En la gerencia de instituciones públicas y privadas han demostrado capacidad y honestidad elementos esenciales para el desarrollo de los pueblos.

Al conmemorarse el próximo 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer esperemos que la fecha sirva para que revisemos cómo estamos frente a los retos que debemos afrontar para alcanzar una relación de respeto hacia ellas.

Es nuestro llamado para que ninguna mujer sienta su dignidad mancillada por una cultura machista que nace en el hogar, y es alimentada por canciones y otras prácticas humillantes.

Que desde el Estado se promuevan políticas sociales que les brinden la oportunidad de crecer de manera integral.Que las mujeres de la zona rural, puedan salir del estado de pobreza en que muchas ven pasar sus días envejeciendo de manera prematura, y que desaparezca para siempre la violación contra la mujer.

Para alcanzar esta meta necesitamos trabajar cada día por una cultura de paz.