Por: Isabel Valerio Lora, MSc.           Email:isabelvlora@gmail.com

Alegría, oración y gratitud son las tres actitudes que nos preparan para vivir la Navidad de modo auténtico. Papa Francisco,  2018.

La navidad es una época en la que predomina el aspecto festivo, para algunos la alegría surge a flor de piel, para otros con pérdidas recientes o quienes no han pactado con  ese dolor, es un tiempo difícil pues se enfrentan con el síndrome de la silla vacía.

El síndrome de la silla vacía es un sentimiento que aparece ante la pérdida de una persona especial, como puede ser un familiar, un amigo o una pareja. Se denomina síndrome porque es un conjunto de síntomas que cobra especial intensidad en épocas específicas como la Navidad, un cumpleaños o alguna fecha especial.  (Del Charco Olea, 2019).

La silla vacía puede darse por fallecimiento, separaciones, viajes o porque la persona ausente está compartiendo en otra casa. Es frecuente que la tristeza y la melancolía se intensifique durante las reuniones familiares y se tenga la sensación de que falta alguien en la mesa.

En psicología el síndrome de la silla vacía se siente casi como una «amputación», complicada en Navidad porque después de una pérdida es muy normal y sano que se presente dolor, rabia, desesperación, soledad y culpa. Estos sentimientos hacen parte del proceso normal de desapego en un duelo y cada persona suele expresarlo   de diferentes formas.

La doctora Marie Hartwell-Walker, psicóloga, en publicación en Psych Central ofreció algunas recomendaciones para gestionar el síndrome de la silla vacía:

Todos afrontamos la pérdida y el duelo de diferentes maneras. Por esto es importante dejar salir los sentimientos y no obligarnos  a sanar en determinado tiempo.

Aunque no se tenga deseos de seguir la rutina habitual, es importante  descansar, dormir bien y mantener una alimentación balanceada. Mantener rutinas saludables para cuidar la salud.

En las festividades, piense  qué es lo mejor para su  estado de ánimo. Si estar solos  le va a provocar más sensación de vacío  o, por el contrario, estar rodeados de personas le hace mejor.

Piense  si hacer las cosas un poco diferentes, o si ir a un sitio nuevo, podría ayudar a sobrellevar un poco la ausencia del ser querido.