Segunda Parte

Monseñor Agripino fue un hombre trabajador y fiel a sus objetivos. La visión de impulsar una universidad privada con identidad católica fue su responsabilidad. Su labor se caracterizó por la excelencia y fue un orgullo para la ciudad Corazón.

Una nueva realidad nacional estaba en ciernes, y no luce descabellado considerar que el encono y la inquina del dios dinero se cebaran contra un cura serrano que rabiosamente muchos consideraban debía quedarse en la sacristía y uno volverse un perturbo del nuevo liderazgo económico post-Trujillo.

Quizás la mayor obra de Núñez Collado fue la de demostrar en su momento a la clase dirigente y a las élites económicas que República Dominicana era algo mucho más que su capital Santo Domingo, y que en el tablero de las decisiones nacionales era necesario contar con la participación de otros actores.

 Me atrevería a decir que Santiago se volvió, gracias a su liderazgo y visión, un contrapeso económico y político con gravitaciones en toda la vida nacional. Sin ser economista me atrevo a decir que es tal vez una inteligencia del propio sistema capitalista, que ante tanta voracidad, algún freno debe aparecer.

Su labor de mediador, de negociador y forjador de arreglos imposibles le deparan un sitio entre los inmortales de tan difícil arte, porque sólo sabios distinguen que una cuestión o problema sin resolver está anclado más en una formulación errónea que en quienes tratan de sortearlo o resolver.

 La mediación, sirvió ya no sólo para contentarse con quienes ya se identificaban como contrapartes o contrincantes, sino en advertir que las conversaciones necesariamente no podrían ser fructíferas si en las discusiones faltaban otros interlocutores o implicados no integrados. Así nació esa prometedora instancia de la vida nacional que nos legó su trabajo, el Consejo Económico y Social-CES.

Puede decirse que a partir de esto último, la sociedad civil conoció un impulso importante en los nuevos espacios de concertación y diálogo que irreparablemente produjeron distintas problemáticas pero también sus caminos de solución. La PUCMM fue clave en apoyar ingentes esfuerzos por dotar al liderazgo social de nuevos instrumentos para la participación democrática sobre la base de una formación más sólida.

Las agencias de apoyo y desarrollo con sus programas para naciones en vía de desarrollo encontraron la PUCMM un socio, una referencia profesional y ética para nuevas intervenciones y proyectos.

Agripino Núñez Collado fue un hombre de Iglesia, un hombre de época, un sacerdote adelantado a la época y un creyente cautivo de su compromiso de fe. Un soldado del magisterio de Juan XXIII y su Encíclica Mater et magistra.

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