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Ser una persona histórica es precisamente haber venido a este mundo, de manos de una mujer, aunque hoy dìa se dan otros procesos que no vienen al caso, pero situándonos en la època que aparece Jesùs, el carácter histórico de un ser humano comenzaba por ser hijo de una madre. La historicidad de Jesùs comienza por Marìa, la tradición cristiana asì lo reconoce, con sus acentos o destrimento dependiendo de la denominación cristiana a la que se pertenezca, pero el carácter maternal de la venida de Cristo es un hecho indudable, como testigos màs acusiantes tenemos los evangelios, ya citados, y con acento mayor esto que nos comunica pablo al decir que el Salvador del mundo es “nacido de mujer“.

En otro texto, Romano 1,3 Pablo dice que Jesùs nace descendiente de David, según la carne; podría este texto alternar otras implicaciones y posibilidades, que no es el caso, pero la aseveración a la carne alude al hecho del Hijo de Dios hacerse uno de nosotros, humano e  histórico, y agregando lo anterior nacido de la carne de una mujer, que dispone su cuerpo para ser receptáculo y prestar sus funciones humanas para que la humanidad del redentor se haga visible, se haga historia.

La expresión paulina “nacido de mujer“, implica por parte de Pablo el reconocimiento de la humanidad histórica de Jesùs, que èl no llega en paracaídas, llega por el camino en que todos los humanos hemos venido a este mundo, reconoce el nacimiento carnal e histórico de Jesùs, alude en términos litúrgicos a la navidad. Pero también el Apòstol de los gentiles reconoce la maternidad de Marìa, pues aunque en Romanos como hemos visto habla solo de la carne, aquí da un paso màs y habla de mujer, de una mujer, la madre de Jesùs, pues todo ser histórico tiene madre y la de Jesùs es Marìa.

Pero junto a su maternidad resuena esa escucha y acopio de la Palabra en María, manifestando aquello de Juan 1,14: ´´La Palabra se hizo carne y acampo entre nosotros“, hizo su tienda en medio de este mundo y esa tienda ha sido Marìa. Confirmado todos esto en la aceptación de esa palabra en el anuncio del ángel en Lucas 1,38: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra “. Sabemos que con Jesùs y basados en el evangelio de Juan hay una nueva creación en Jesùs por la Palabra, como en el libro del Gènesis, todo se hace por la palabra y la palabra es la primera creaciòn de Dios (Gen 1,1-3), todo surge por la Palabra, asì la nueva creación en Jesùs a través de Marìa, de ahì que la Palabra fecunda las entrañas de Marìa y da a luz a Jesùs para el mundo.

Por eso de entre las muchas cosas que encontramos de María en la Biblia, una es esta de que ella es mujer de la Palabra, por que  demuestra: Docilidad ante la Palabra (Luc 1,2,34-38), pondera la fuerza de la Palabra con el Magnifica (Luc 1,46-56), Meditación de la Palabra (Luc 2,51) y convoca a la escucha de la Palabra (Juan 2,5).

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