Por: José Jordi Veras Rodríguez. 

Hace unos meses fue publicado un informe realizado por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), el mismo fue titulado “Compendio de mujeres fallecidas en condiciones de violencia 2018-2022, en el cual se ofrecen datos muy preocupantes y a la vez, dolorosos, que nos muestran una realidad social que no acabamos de aceptar y a la vez, desnuda de cuerpo entero como las políticas sociales no han estado funcionando en este sentido.

Con este estudio, la ONE, pretende llevar educación a la población en sentido general, pero sobre todo, aquellas instituciones que están llamadas a prevenir y sancionar este tipo de delitos, que es especial y particular, porque no es cualquier asesinato o hecho criminal, porque tiene sus características sociales y económicos.

Es cierto que muchas veces ya nos hemos cansado de contar, porque las cifras que a veces observamos que ofrece la Procuraduría no se compadece con la realidad, porque en las mismas no se indican los feminicidios no íntimos, aquellos cometidos no necesariamente por las parejas o ex parejas, sino por el hecho de ser mujer.

Todavía seguimos viendo como estos hechos que se han convertido en una situación normalizada, en el entorno familiar o de las comunidades, cualquier hecho en el que se vea envuelto en peligro una mujer, se sigue diciendo que en “pleitos de marido y mujer nadie se mete”, y sin importar si alguien está o no pidiendo ayuda para salvar su vida, como sucedió hace poco en la que una joven fue descubierta con golpes y ahogada en un tanque, y los vecinos alegan que se escuchó a la hoy fallecida, pidiendo ayuda, pero nadie decidió meterse porque era un asunto marital.  Sin embargo, hoy hay un niño huérfano y también víctima indirecta de un hecho atroz. 

¿Cuál es tipo de sociedad  que estamos construyendo? ¿Queremos seguir enviando el mensaje a nuestros hombres que todo cuanto estamos viendo es correcto? ¿Qué los hombres somos los dueños absolutos de la vida de las mujeres? ¿Decirles a las mujeres que deben aguantar por el simple hecho de mantener una relación que a todas luces acabará con su vida y la de sus hijos?  No es mejor predicar con una cultura de amor, paz, comprensión, respeto y el valor que desde el punto de vista de la dignidad se merece todo ser humano.

No podemos seguir construyendo las bases de una sociedad con ejemplos como el del año 2022, en que fueron asesinadas 163 mujeres, y en 2021, la cantidad de 144.  En 2020 fueron asesinadas 134 y en 2019, cayeron 152.  Las del año 2018 fueron 165 mujeres. Y eso que aquí no se contabiliza la cantidad de niñas o niños que quedan al desamparo.

Todo esto quiere decir que un interregno de cinco años, con todo y pandemia, fueron asesinadas, la suma de 758 féminas en nuestro país.  En el estudio se indica, que los domingos y los lunes son los días con mayor números de muertes violentas para las mujeres.  

Estas cifras y estadísticas mostradas por este estudio, no deben ser solamente conocidas por las instituciones llamadas a enfrentar este fenómeno, sino, por cada ente social de este país, y por eso nuestro interés por hacerlo resaltar, aunque parezca ruidoso, pero si no nos decidimos a enfrentar una realidad que cada vez es más doloroso y presente ante nuestros ojos. Mientras no llevemos a cabo transformaciones desde los hogares y las escuelas, en la manera de cómo cada niño y adolescente, antes que llegue a la adultez, sepa cómo comportarse y el manejo que debe tener ante las mujeres y ante cualquier ser humano, seguiremos construyendo una sociedad que no es la que sale de corazones bondadosos, justos y empáticos.