Por: Isabel Valerio Lora, MSc.

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“Con orden y tiempo se encuentra el secreto de hacerlo todo, y de hacerlo bien”. Pitágoras

El desorden es la percepción de desorganización en ciertos lugares. Nuestro entorno físico influye en nuestros pensamientos, emociones y conductas. Además puede afectar nuestras relaciones interpersonales y nuestra productividad. Algunos estudiosos sobre el tema, lo relacionan con varios trastornos emocionales y refieren lo siguiente:

Una casa desordenada impacta de forma negativa en el humor. El hogar refleja la relación que las personas guardan con los objetos y cómo dejan entrar o salir personas o cosas de su vida.

Las habitaciones desordenadas se asocian a personas con cierta inestabilidad emocional y  tendencia a  dejar cosas inconclusas y a procrastinar.

Si el desorden está en la cocina, puede indicar que la persona puede estar pasando por un momento de vulnerabilidad emocional, que  está inconforme con su situación actual, que  lo que le puede ocasionar cierto resentimiento.

Vartarian (2017) concluyó en su estudio, que las personas comen peor cuando se sienten estresadas y, además, están en entornos donde lo que prima es el desorden.

El  psicólogo Tasio Rivallo advierte que el desorden puede provocar algunos problemas en la salud mental: trastornos ansiosos, del sueño y para concentrarse.

Joseph Ferrari, profesor de psicología, concluyó en su estudio ‟El lado oscuro del hogar″ que cuanto más desordenadas son las personas, menor es su satisfacción vital y menor es su productividad. 

El psicólogo clínico Alejandro Pereira Zambrano, dice que el desorden en la casa es un factor que fomenta el estrés. Los niveles de cortisol, la hormona del estrés, son más altos en las personas cuyo entorno doméstico está desordenado. El exceso de cortisol está relacionado con la depresión, la ansiedad y otros problemas de salud mental. Adicional, refiere que el desorden repercute con:

Gastos innecesarios al comprar cosas que no sabíamos que teníamos.

Pérdida de tiempo al intentar buscar algo sin saber dónde está. O, al intentar poner todo en orden.

Falta de concentración y de un descanso adecuado al estar en un ambiente poco armonioso.

Discusiones en el caso de vivir con otras personas, que pueden no estar de acuerdo con el desorden.

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