¿HACIA DONDE DIRIGIR LA MIRADA EN ESTOS DIAS DE PANDEMIA?

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“El aprendiz” 

 

La vida y sus cosas son de forma y de fondo.  Lamentablemente, hay quienes pierden el fondo, por estar guardando “las formas”. (Fausto García). (faustogarcia2003@yahoo.com)

 

¿HACIA DONDE DIRIGIR LA MIRADA EN ESTOS DIAS DE PANDEMIA?

 

¿Hacia los montes, los cerros, las montañas, las colinas, los valles, las hondonadas, las alturas, los abismos, las cimas, los acantilados, los arrecifes, las rocas? ¿Y si lo hacemos, será con el fin de buscar ayuda, auxilio, socorro, refugio, guarida, madriguera, escondiste, abrigo, protección, amparo, fortaleza o regazo? ¿Y al hacerlo, podremos llegar a saber, a descubrir, que nuestro socorro nos viene del Señor, del grande, del poderoso, del creador, del bueno, del fuerte, del baluarte, del primero, del ultimo, del que es principio y fin, del alfa y la omega, de la piedra angular que desecharon los constructores y arquitectos?

 

Podemos darnos cuenta, aceptar, decir y pregonar que nos viene de El por lo que hizo, por el cuidado que tuvo, tiene y tendrá con nosotros desde el principio de la creación, y porque se desvela por cada uno, tanto, que ni duerme, es más, ni siquiera cabecea, ni coge “pavitas” ni siestas como los dominicanos luego del almuerzo, es un gran guardián, se mantiene en la atalaya, siempre atento al viento, los navegantes, y, en fin, a los mares y a todo cuanto hay en ellos, pues de él son los cielos y la tierra, y todo cuanto la contiene.

 

Él es sombra, choza, cobijo en las horas de fuego, de duro calor y sofocante aflicción.  Por eso está a nuestra derecha, a la izquierda, delante, detrás, arriba, abajo, encima, enfrente, de lado, cerca, próximo, vale decir en todas partes, porque Él es omnipresente, y no podemos estar fuera de Él. Ni el sol, ni la luna, ni las estrellas nos hacen daño, pues fueron creados todos para nosotros, incluido los días de la semana, y, por ende, el sábado.

 

Él nos preserva de todo mal, pecado, tentación, transgresión de su ley, odio, rechazos, rencores, envidias, avaricias, gulas, deseos impuros, etc. Y algo muy importante, guarda nuestras almas en completa paz, para lo cual, entregó a su Hijo Único, para que todo aquel que crea en El, no se pierda, sino que tenga vida eterna. Y lo hizo porque su propósito fue desde el principio no condenar al hombre, sino que viviera para siempre, de ahí, que su hijo es el camino, la verdad y la vida, ante quien debemos estar atentos, pues en cualquier momento entrará el señor de la gloria, y ¿quién es este?, pues el Señor, el grande, el potente, el poderoso, por eso las puertas tienen que levantar sus dinteles, pues de lo contrario chocaría.  Ese es El, no hay otro, lo dijo así: “Escucha, Israel: Yahvé, nuestro Dios, es Yahvé-único. Y tú amarás a Yahvé, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”

 

En estos días de coronas y de virus y todo lo demás que ya sabemos, es oportuno alzar la mirada en busca de auxilio, yo acabo de hacerlo en la forma antes indicada, pero el salmista, encontrándose en alguna situación similar a la nuestra, en el Salmo 121, lo hizo de esta manera:

 

Dirijo la mirada hacia los montes:

¿de dónde me llegará ayuda?

Mi socorro me viene del Señor,

que hizo el cielo y la tierra.

 

No deja que tu pie dé un paso en falso,

no duerme tu guardián;

jamás lo rinde el sueño o cabecea

el guardián de Israel.

 

El Señor es tu guardián y tu sombra,

el Señor está a tu diestra.

Durante el día el sol no te maltratará,

ni la luna de noche.

 

Te preserva el Señor de todo mal,

él guarda tu alma.

El te guarda al salir y al regresar,

ahora y para siempre.

 

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