Funciones psicológicas del sueño

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Es imposible… tener ánimo para cosas grandes, quien no entiende que está favorecido de Dios.”

Santa Teresa de Jesús.

El sueño es un proceso de vital importancia para nuestra salud integral y que ayuda con diversas funciones psicológicas. Es definido como un proceso fisiológico necesario, durante el cual el sujeto no está fá­cilmente en contacto con el entorno, a nivel consciente. (Journal Psyc Res v 54, 2003).

Funciones psicológicas del sueño:

Un sueño adecuado permite res­tablecer o conservar energía, lo que repercute directamente en nuestro bienestar físico, psíquico y emocional.

Si dormimos adecuadamente, podemos eliminar los radicales libres que acumulamos durante el día y que son los causantes a largo plazo de la oxidación paulatina de nuestras células, eso permite tener más agilidad mental y desarrollar la creatividad.

Un sueño adecuado fortalece las conexiones neuronales. Durante la fase REM del sueño (vienen del in­glés “rapid eye movements”, mo­vimientos oculares rápidos), en la que no tenemos respuestas a los estímulos externos, el hipocampo se restaura, aumenta nuestra destreza y  transforma nuestra memoria a corto plazo en memoria a largo plazo. Disponible en: https://neurorhb. com (2020).

Cuando dormimos el cuerpo se relaja, facilitando la producción de serotonina y melanina, que son las hormonas que contrarrestan los efectos de las hormonas del estrés (cortisol y adrenalina), ayudándo­nos a sentir más felicidad y fuerza emocional.

La falta de sueño altera varias funciones cognitivas, entre ellas:

La atención sostenida. Nuestra atención se vuelve inestable y varia­ble, se incrementan los errores por omisión y comisión.

Enlentecimiento cognitivo. El tiempo de reacción se prolonga.

La memoria de trabajo y a corto plazo disminuye.

Se afecta la adquisición de tareas cognitivas (aprendizaje).

El desempeño de las tareas es bueno al inicio pero se deteriora con tareas de larga duración.

Se toman decisiones más arriesgadas. Aumenta las respuestas perseve­rativas.

Disminuye la flexibilidad cognitiva, la auto vigilancia y la autocrítica.

Fatiga excesiva y micro sueños involuntarios.

Aumenta la hormona del estrés.

Produce pobre regulación emocional. Irritabilidad y enojo.

Trastornos conductuales.

El individuo que descansa y duerme presenta relaciones perso­nales, sociales y afectivas equilibra­das y saludables, rinde más a nivel laboral y presenta una mayor segu­ridad vial.

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