¡El demonio está destruyendo las familias!

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Su nombre contiene la raíz hebrea de shamadas, que significa “dañar”, derribar y “destruir”. Según la tradición cristiana, fue miembro del coro de los Serafines antes de la caída y fue también uno de los ayudantes más ardientes de Lucifer. El autor bíblico sugiere que Asmodeus estaba directamente detrás del asesinato de los próximos esposos de Sara (¡y había hasta siete de ellos!). Esto lo aprendemos de la historia bíblica. Y así sabemos quién fue el responsable de la esclavitud, y de lo que causó la muerte de los esposos posteriores de Sara, tan pronto como se casaron. Por esta razón, Asmodeus se identifica con todo lo que perjudica a la familia.

Estamos hablando de la impureza, el asesinato, la violencia, el egoísmo y abusos. Solo cuando Sara conoce al joven Tobías (un Judío celoso y ortodoxo) y cuando confían su matrimonio a Dios, la situación cambia. Dios envía al Arcángel Rafael en ayuda. La Biblia dice, que Asmodeus huye en pánico a Egipto, donde finalmente está atrapado y atado por el mensajero de Dios.

Hoy, cuando observamos un ataque contra la familia y una desmoralización progresiva en la esfera sexual de la vida, parece, que Asmodeus “escapó de Egipto” y se fundó entre nosotros un nuevo lugar de su obrar para siempre.

En 2015, en el semanario italiano Tempi, el exorcista César Truqui advirtió, que estamos tratando con un demonio, que se especializa en realizar ataques en contra la familia.

Al mismo tiempo, enfatizó, que todo lo que perjudica a la familia (incluído el divorcio), agrada mucho al demonio. El exorcista menciona una situación, que cuando oraba por la liberación de una pareja, el demonio amenazó a los novios con la muerte, si entrarán en matrimonio sacramental.

Asmodeus odia a la familia, porque la familia, en el momento de su creación, le recuerda la presencia real de Dios entre las personas.

La familia es una verdadera Iglesia Doméstica, y puertas infernales no la derrotarán. Y este es un verda­dero obstáculo para el mal. El problema comienza, cuando los miembros de la familia no creen en esto, y sigan invitando a sus vidas al demonio, a través del pecado. Entonces, a menudo, en esta realidad, la situación se sale de control. Y como en el caso de Sara y Tobías, habrá que usar necesariamente un ritual (incluso en algunos casos hasta el exorcismo), que liberará a los cónyuges, atando a la vez al rey de los demonios.

 

Recomiendo: C. Truqui, Il diavolo esiste e bisogna parlarne, “Tempi” 11 de mayo de 2015.

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