El Cardenal y el padre

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A propósito del libro Genealogía y personalidad de Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez

 

 

Vamos a tratar sobre el libro “Genealogía y perso-nalidad de Nicolás de Jesús Cardenal López Rodrí­guez”, de la autoría del padre Pedro Alejandro Batista, publicado en Santo Domingo, en la imprenta Amigo del Hogar, este año 2019. Tiene 303 páginas y fotos, cuadros y árboles ge­nealógicos.

El Cardenal nos es cono­cido, pero no tanto el padre Pedro, un sacerdote joven, ordenado en 1997, de la Ar­quidiócesis de Santiago. Ha trabajado en diferentes pa­rroquias de su Arquidió­cesis y como formador del Seminario Menor, de Licey, y del Santo Tomás, de San­to Domingo. En este último fue profesor de Historia de la Iglesia. La formación de sacerdotes y las clases de historia lo habilitan para abordar el tema de la genea­logía y la personalidad del Cardenal.

Cuenta el padre que siendo párroco de El Rosa­rio, de Moca, invitó al Car­denal para que asistiera a las celebraciones parroquia­les y que en amena conversación el Cardenal le dijo que sus cuatro abuelos eran nativos de Estancia Nueva, Moca, y que descendían de migrantes canarios. Y que “al ver su interés por conocer dichos ancestros, nos motivamos a estudiar más profundamente su genealo­gía, y es así como surge este libro.”

La genealogía es tarea trabajosa, pero el padre se lo propuso y lo logró. Y tuvo tres encuentros básicos que se deben destacar en esa investigación.

Primero, el verdadero origen canario y también mocano de los miembros fundantes de la familia del Cardenal. En el censo de 1742, explica el padre, apa-rece Gregorio López, casado con Juana Fernández de Barrios, residentes en San­tiago, ganaderos, fundado­res de la capellanía de La Ermita, de Moca. Estos son los quintos abuelos paternos del Cardenal. Y por los Ro­dríguez, el padre logró esta­blecer que sus sextos abuelos eran también de Santia­go. Juan Rodríguez, originario de Orca de Gran Ca­naria, casado con Estefanía Díaz Betancourt. Un nieto de ellos, José Rodríguez Abreu se mudó a Santa Rosa, Moca. Los cuartos abuelos del Cardenal.

Todavía su padre Ramón Perfecto López Salcedo fue nativo de Monte La Jagua, Moca, y su madre Delia Ramona Rodríguez Rodrí­guez era de Estancia Nueva, Moca. Ramón Perfecto se mudó a Bacuí, La Vega; y Delia Ramona, a la muerte de su madre, siendo de cin­co años, pasó a vivir con su tío Juan Rodríguez a Ba­rranca, La Vega.

Los López Rodríguez se casaron el 9 de febrero de 1924, en la parroquia de La Inmaculada Concepción, de La Vega, y se radicaron en Barranca, donde nació su décimo hijo, el Cardenal.

Y así construyó un árbol genealógico que se expan­dió incluyendo a otras fa­milias del solar mocano, como las Salcedo, Vásquez, Cáceres y De la Maza.

Un segundo encuentro fue el carácter y presencia religiosa de esta extendida   familia. En un buen conteo, de los tiempos pasados y también actuales, el padre registra a los sacerdotes Juan López Fernando de Barrios y José Eugenio Espinosa Azcona, en el siglo XVIII. A Emilio San­telises Bernal y Honorio Liz Salcedo y su hermano San­tiago Liz Salcedo y a Joa­quín Rodríguez Grullón, en el tránsito de los siglos XIX y XX. A los hermanos Luis Daniel y José Benito Tave­ras Hernández, a Ricardo Antonio Santelises Pellera­no, al salesiano Plinio Eugenio Comprés Fermín y a Pascual Ramón Torres y Torres. Y a los obispos Hugo Eduardo Polanco Brito y Freddy Antonio de Jesús Bretón Martínez.

Y un tercer encuentro ha sido la participación de la familia en las luchas polí­ticas y patrióticas y civiles del pueblo dominicano. El padre considera merecedo­res de tal mención a Fran­cisco Antonio –Tito– Sal­cedo, Pedro y Juan de Jesús Salcedo Grullón, Máximo Grullón Salcedo, Manuel Altagracia –Meme– Cáce­res Fernández, Felipe Hora­cio Vásquez Lajara, Ramón –Mon– Arturo Cáceres Fer­nández, Juan –Juancito– Rodríguez García, José Ho­racio Rodríguez Vásquez, José Ramón Cordero Mi­chel, Antonio de la Maza Vásquez, Luis Manuel –Tunti– Cáceres Michel, Leonte Antonio Scott Mi­chel, Héctor García Godoy, Juan Manuel Taveras Ro­dríguez, Juan Arístides Ta­veras Guzmán, Pedro Gua­rionex López Rodríguez y Agustín López Rodríguez.

De la personalidad, el padre sostiene que el Carde­nal postula y defiende sus puntos de vista sin contemporizaciones. Poco amigo de dobleces y demoras. De lenguaje directo, consciente de no acertar en todo y también fallar. Transitó por tantos años poniendo puntos y acentos en sus palabras y en sus hechos.

El padre Francisco José Arnáiz, sj., quien fue cercano colaborador del Car­denal, lo llegó a explicar con palabras prestadas al decir que tenía ya fama de dinámico y tenaz, de incapaz de dobleces, de firme y resuelto, de fiel y cumplidor, de limpio de mente y cálido de trato, de altamente dotado y eclesiásticamente bien preparado. “Alguien que conoce muy bien a ­nuestro Cardenal me dijo un día que Nicolás era un ser humano de boca dura y corazón tierno.”

 

El padre puso a circular el libro Genealogía y perso­nalidad de Nicolás de Jesús Cardenal López Ro­dríguez en la Universidad Cató­lica de Santo Domingo, el jue­ves 26 de septiembre. Y próximamente circulará en Moca y en Santiago

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