Por: Isabel Valerio Lora, MSc.             Email:isabelvlora@gmail.com

“La naturaleza es la mejor maestra de la verdad”. San Agustín.

Varios estudios científicos han demostrado que las experiencias en la naturaleza pueden favorecer  el bienestar psicológico y la función cognitiva de las personas.

Un estudio de ISGlobal ha demostrado que la contaminación y la falta de espacios verdes aumenta el riesgo hasta en un 62 por ciento de que los niños desarrollen Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

Los entornos naturales favorecen el desarrollo cognitivo de los niños, ya que el contacto con la naturaleza disminuye el riesgo de padecer problemas emocionales, estimula su curiosidad y creatividad y les aleja del sedentarismo, influyendo positivamente en su rendimiento académico.

Sue Stuart-Smith un psiquiatra británico, tiene  un argumento muy bien elaborado a favor de los beneficios de los jardines y la jardinería —y la naturaleza en general— para la salud física y mental, los cuales están plasmados en su libro The Well-Gardened Mind: The Restorative Power of Nature, escrito en el 2020.

La experiencia de la naturaleza mejora el funcionamiento cognitivo, la memoria y la atención, la imaginación y la creatividad y el rendimiento escolar de los niños, según datos arrojados en una investigación liderada por Daily y Bratman(2019), la cual corrobora lo encontrado por otros investigadores.

El contacto con la naturaleza y sus componentes (actividades de jardinería, convivencia con animales, caminatas en áreas verdes, entre otros), alivia algunos síntomas de depresión,  aumenta la capacidad individual para estar sano, la autoestima, la conexión social y la felicidad (Duarte-Tagles, 2015).

Strayer, Atchley y Atchley en Martínez, Montero y Córdova (2014) creen que nuestro cerebro no fue creado para soportar este bombardeo informativo, pudiendo provocar fatiga mental, agobio y agotamiento. Por lo que a través de sus estudios consideran que estar en la naturaleza restaura los circuitos agotados de atención, lo que puede ayudarnos a estar más abiertos a la creatividad y la resolución de problemas.Lee, J. et al (2013) en su investigación, descubrieron  que  la naturaleza se asocia con un aumento de la felicidad, el compromiso social, la capacidad de gestión de las tareas y la disminución de la angustia mental.

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