Editorial

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Nunca lo imaginamos

Mirar a un grupo de jóvenes con pistolas en manos asaltando personas a plena luz del día,  jamás pensamos que esta escena la veríamos en nuestro país. 

Que horarios de actividades religiosas y sociales tengan que ser modificados por temor a la inseguridad ciudadana, nunca lo imaginamos.

Que en encuentros familiares haya que pagar vigilancia permanente para evitar que delincuentes penetren a los actos festivos que realizan, causando daños a los presentes, nunca lo imaginamos.

Que por un parqueo en un centro comercial, o residencial, se generen discusiones que terminan con un saldo fatal, nunca lo imaginamos.

Que tengamos un segmento de la población juvenil que perdió el amor a la vida, caminando sin rumbo, y vacíos de ideales, y dedicados a delinquir, nunca lo imaginamos.

Por esta insoportable realidad es necesario fortalecer la familia, porque es de familias destruidas en donde los progenitores llevan una vida desorganizada, que salen los violentos, delincuentes y corruptos. Pero todavía tenemos tiempo de imaginarnos y hacer realidad una sociedad dominicana mejor.

En este domingo 20 la Iglesia nos está convocando a Un Paso por Mi Familia, una gran oportunidad para buscar opciones que nos permitan cambiar el rumbo de esta sociedad enferma.

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