Por: José Jordi Veras Rodriguez

Hacer un trabajo voluntario y llevar a cabo la solidaridad a través del servicio es una labor de gran amor, que requiere despojarse de todo ego y tener el espíritu de entrega por encima de todo. 

Hace más de veinticinco años, los que viven en esta zona del Cibao, tenemos la dicha y bendición de contar con un trabajo que ha sido arduo, tenaz, constante, perseverante y humano; que ha sido el fruto de la decisión de un grupo de mujeres en sus inicios y ya más luego, de todo un equipo que a través del Voluntariado de Jesús con los Niños, han sido la mano solidaria brindando ayuda a niños y niñas y sus familias, a través del cuidado de salud para mejorar su situación. 

Mirar hacia atrás y saber que una simple motivación por lo que había estado atravesando de forma personal la señora Xenia de Álvarez, fue la semilla que el poder divino colocó para iniciar lo que sería la obra de muchas voluntades unidas para un objetivo: mejorar la salud de los que menos pueden. 

Luego de más de dos décadas, queda la satisfacción de mirar que los sueños aún resulten imposibles desde sus comienzos, la tenacidad, unida a buenos corazones han hecho posible lo que parecía una quimera. 

Todo el trabajo de todos estos años se traduce en: contar con una Unidad de Quemados, que hoy sea un modelo de la región. Que aquellos que menos pueden, cuenten con una sala de cirugías y área de Oncología.  

Son muchas las instituciones públicas y privadas e incluso a nivel internacional que han creído en toda esta iniciativa continuada, que ha sabido mantener la credibilidad basado en adecuar el discurso con los hechos, ahí tenemos la Fundación Dougthy. 

Se han dedicado de forma fiel a sus objetivos y a pesar de que se han dado intentos esporádicos que han tratado de quitar mérito al trabajo de tanto sacrificio, esfuerzo y empeño, nada ha sido suficiente para derribar lo que se ha construido con amor. 

Recientemente, y fruto de la confianza que se ha sabido ganar esta institución benéfica, pudo conseguir la inversión de una institución como los Productores de Cigarros (Procigar) para la construcción de la Central de Esterilización Quirúrgica del Hospital Regional Infantil Dr. Arturo Grullón, que tanta falta ha hecho por años, pero esto ha sido el resultado del trabajo constante, sin descanso. 

El Voluntariado de Jesús Con los Niños, ha contribuido con brindar a las provincias del Cibao, un mejor espacio al Hospital Regional Universitario Dr. Arturo Grullón, dándole a los hijos del pueblo, la dignidad en estos servicios que ellos también merecen.  

No descansan los miembros de este gran Voluntariado, porque ya tienen en mente la construcción del Hogar de Familia, que serían utilizados para que las madres, principalmente, puedan dormir y quedarse en habitaciones, y estar al cuidado de sus hijos y no tener que volver a sus hogares, que muchas vienen de lejos. 

En este país, cada vez es más difícil la solución de la salud para lo que se llama pueblo, y no necesariamente clase pobre, hasta para la clase media baja y media, porque los servicios son más caros y cada vez menos son cubiertos por el Sistema de Seguridad. 

Todo nuestro respeto al trabajo realizado cada día durante tantos años, brindando solidaridad y amor, a través del servicio, del Voluntariado.