Por: Isabel Valerio Lora, MSc. Email: isabelvlora@gmail.com

“Los niños son como las estrellas. Nunca hay demasiados”. Santa Teresa de Calcuta.

Hay niños que ante ciertas situaciones sociales, escogen el silencio.  No hablan aun siendo capaces de hablar. A ese trastorno se le denomina mutismo selectivo.

El mutismo selectivo es una afección por la cual un niño puede hablar, pero deja de hacerlo súbitamente. Ocurre en la escuela o en contextos sociales. Es más frecuente en niños menores de 5 años.

El mutismo selectivo es descrito en el DSM-5 como un fracaso constante para hablar en situaciones específicas (p.ej., escuela, situaciones sociales) a pesar de hacerlo en otras situaciones.

Para establecer el diagnóstico, la ausencia específica del habla debe estar presente por lo menos durante un mes. Esto no aplica al primer mes de escuela, debido a que muchos niños se tornan silenciosos cuando enfrentan una situación nueva, como lo es el ingresar a la escuela.

El fracaso para hablar no se puede atribuir a la falta de conocimientos o a la incomodidad con el lenguaje hablado necesario en la situación social.

La alteración no es explicada mejor por un trastorno de la comunicación (p.ej., trastorno de fluidez de inicio en la infancia o tartamudeo) y no exclusivamente durante el curso de un trastorno del espectro del autismo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico.

Los niños con mutismo por lo general presentan mucha ansiedad, inhibición y timidez, características que pueden ser las posibles causas de su silencio, ante determinados contextos. Adicional, algunas fobias, por lo que presenta serios inconvenientes para desenvolverse en entornos sociales.

Resulta importante  el apoyo de la familia y el entorno, considerando no criticar la falta de habla del niño, porque puede reducir su autoestima y empeorar el cuadro.

La intervención psicológica para el mutismo selectivo, engloba los siguientes aspectos:

  • Reestructurar sus pensamientos y creencias respecto a cómo es visto por los demás, por medio de la terapia cognitivo conductual.
  • Técnicas para reducir la ansiedad infantil, con una exposición gradual al estímulo temido.
  • El Entrenamiento en habilidades sociales, para ganar autoconfianza.
  • Con el  modelado y automodelado, haciendo  de modelo con el niño para que pueda ensayar su conducta en las situaciones temidas, entre otras.

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