El patio fue testimonio de sus palabras. Solo bastó un “pi, pi, piiiiii” y una mezcla de aves (patos, pavos y gallinas criollas) apareció.

Con las dificultades para producir alimentos naturales la crianza en campos altos y lejanos, donde el transporte es sumamente costoso, se hace cuesta arriba.

Aquella mujer que sobrepasa los setenta dibuja en su mundo una estampa propia de sus años mozos.

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