Hace 55 años que la humanidad recibe en cada enero el mensaje de paz que nos llega a través de los sucesores de San Pedro. Comenzó con el Papa Paulo VI, en el año 1968, quien expresó que esta jornada se repetirá cada primero de enero como un presagio y una promesa que mide y describe el camino de la vida, en el tiempo de que sea la paz con su justo y beneficioso equilibrio la que domina el desarrollo de la historia futura.

Siguiendo este deseo, para este 2022 el Papa Francisco nos habla del diálogo entre generaciones, educación y trabajo;  instrumentos para construir una paz duradera.

Nos llama a no refugiarnos en mundos privados, ni en la violencia destructiva. Dialogar significa escuchar, ponerse de acuerdo y caminar juntos. Fomentar esto entre las generaciones significa librar la dura y esteril tierra del conflicto y la exclusión, para cultivar allí la semilla de una paz duradera y compartida.

En cuanto a la institución y la educación el Santo Padre plantea que esta inversión vaya acompañada por un compromiso más consistente, orientado a promover la cultura de cuidado. 

En Camino creemos que es urgente una revisión profunda en el sistema educativo dominicano. No podemos seguir  ocupando lugares deprimentes en comparación con  otras naciones del área, con menos presupuesto para educación pero con mayor preparación de sus estudiantes 

El mensaje de este año también toca un aspecto medular  con relación a nuestros jóvenes. Nos referimos al trabajo. Cuántos profesionales salidos de nuestras universidades hoy mendigan una oportunidad de trabajo, y se cansan tocando puertas y salen decepcionados, porque no encuentran un espacio para llevar a la práctica lo que aprendieron, mientras otros sin preparación, solo por politiquería son colocados en puestos de trabajo bien remunerados.

Dice el Papa que los jóvenes que se asoman al mercado profesional y los adultos que han caído en la desocupación afrontan actualmente perspectivas dramáticas.

Que en este año 2022 se abran los caminos de justicia social, única  garantía para la paz.

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