La Arquidiócesis de Santo Domingo celebró con gozo la Ordenación Sacerdotal de cuatro presbíteros, en el marco del Año de la Esperanza, Año Jubilar 2025, como signo de la fidelidad de Dios, que sigue llamando y enviando obreros a su mies.

La solemne celebración tuvo lugar el sábado 13 de diciembre, Memoria de Santa Lucía, virgen y mártir, en la Catedral Primada de América, por Imposición de Manos y la Plegaria de Ordenación de Monseñor Carlos Tomás Morel, Arzobispo Coadjutor de Santo Domingo.

Monseñor Tomás pidió, en primer lugar, oración por la salud de Monseñor Francisco Ozoria, Arzobispo Metropolitano, quien no pudo presidir la ceremonia por motivos de salud. Expresó la alegría de la Iglesia por la ordenación de cuatro nuevos sacerdotes, fruto de un largo proceso de discernimiento, formación y respuesta libre al llamado de Dios.

También destacó que el sacerdocio es un compromiso de entrega total al servicio del pueblo de Dios.  Invitó a los jóvenes a no tener miedo de responder a la vocación sacerdotal. 

Inspirado en las Sagradas Escrituras, Monseñor Morel Diplán centró su mensaje en tres pilares fundamentales del ministerio sacerdotal: pastorear, enseñar y evangelizar. Exhortó a los nuevos sacerdotes a guiar con sabiduría al pueblo de Dios, alimentarlo con la Palabra, los sacramentos y la oración, cuidar la fe de las comunidades, enseñar con claridad y con el testimonio de vida, y anunciar el Evangelio del Reino como misión central de su servicio pastoral.

La homilía concluyó con una oración por la perseverancia, fidelidad y santidad de los nuevos sacerdotes, reafirmando el compromiso de la Iglesia de acompañarlos en su misión evangelizadora.

Los nuevos sacerdotes son hijos de las familias Tapia de la Rosa, Santana Cabral R., Berroa Martínez y Elie, quienes, junto a la Iglesia particular de Santo Domingo, elevan una acción de gracias al Señor por el don de estas vocaciones.

Inspirados en la Palabra del profeta Isaías: “¿A quién enviaré? ¿Quién irá de nuestra parte?… Yo mismo, envíame” (Is 6,8), estos jóvenes han respondido con generosidad al llamado de Dios para servir a su pueblo desde el ministerio sacerdotal.