La Navidad es la mejor ocasión para revisarnos, renovarnos y reorganizarnos, pues termina un año y se acerca otro.
Esta época es oportuna para priorizar la reflexión. Revisemos nuestro caminar en el pasado, para comprender el presente y prepararnos para el futuro, buscando la manera de mejorar, dentro del marco de la honestidad, el trabajo y la eficiencia.
Este enfoque carecería de resultados positivos, si no involucra a la familia, a nuestro entorno, y nuestro trabajo, porque son parte vital en este tema.
Aprovechemos estos días en que la familia estará más unida que en los meses anteriores, conversando entre todos, siempre de forma respetuosa, sincera y natural.
También, para evaluar lo ocurrido en el año que transcurre, y preguntarnos: ¿Cómo recibiremos el 2026, y qué haremos para seguir adelante como núcleo? ¿Qué podemos optimizar?
Como empleadores, prestemos atención a las inquietudes de los trabajadores; y como trabajadores, opinemos de manera constructiva, aportando ideas que contribuyan al bien de todos.
Recibamos el 2026 preparados, conscientes de lo que haremos. Si estamos enfocados, será más fácil que nuestras metas se hagan realidad.




