Preparemos el camino del Señor

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Diácono Ysis Estrella Román

 “Voz del que grita en el desierto: ‘Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos’.” (Mt 3,3)

En este segundo domingo de Adviento, la voz de Juan el Bautista vuelve a resonar con fuerza. Su llamado no es una frase del pasado, sino una invitación viva para nuestro tiempo. Preparar el camino del Señor significa abrirle espacio a Dios en medio del ruido, la prisa y las cargas de la vida diaria. Es volver al corazón, reconocer lo que necesita ser sanado, acomodado o purificado, y dejar que Él nos renueve desde dentro.

Adviento es un tiempo hermoso porque combina esperanza y conversión. La Iglesia nos llama a detenernos un momento y preguntarnos: ¿Qué senderos necesitan enderezarse en mi vida? ¿Qué actitudes debo dejar atrás para que el Señor encuentre una casa abierta? El Papa Francisco nos recuerda: “Dios viene a nuestra vida cuando le abrimos la puerta del corazón con sencillez” (Homilía, 10 diciembre 2017).

Preparar el camino es perdonar, escuchar más, criticar menos, hacer la paz donde existe tensión y sembrar un poco de bondad donde haya dureza. Es permitir que la luz del Señor ilumine nuestras sombras y despierte en nosotros una fe más limpia y más serena.

Pidamos la gracia de vivir este Adviento con sinceridad. Que, al preparar el camino, descubramos que el Señor ya viene a nuestro encuentro, trayendo consuelo, alegría y vida nueva. Cada gesto de amor es un sendero que se allana, y cada paso hacia el bien abre la puerta para que Cristo entre y transforme nuestra historia.