Los aeropuertos dominicanos siempre son alegres, pero en diciembre mucho más. La llegada de miles de nuestros hermanos que residen en el exterior, se convierte en una fiesta que envuelve los sentimientos más nobles y que toma mayor auge al pisar este terruño que los vio nacer.

Además, el hecho de nosotros ser isleños nos da una connotación de pertenencia que, en otros ciudadanos nacidos en continentes, no es tan visible.

Sean bienvenidos y bienvenidas a su patria. Llegue a ustedes la gratitud sincera por su espíritu solidario con los que un día, con nostalgia, dejaron aquí. 

Ustedes han sido un soporte fundamental para mejorar la calidad de vida de sus familiares. Gracias a sus sacrificios pueden enviar cada mes recursos económicos, para que ellos puedan comprar medicamentos, alimentos, arreglar sus casas, y así llevar una vida más digna. Ustedes han sido el soporte de obras comunitarias que embellecen campos y barrios.

Dominicanos y dominicanas, a quienes nunca llamaremos ausentes, ustedes son dignos representantes de la patria. Su amor al trabajo y los valores que preservan en otras naciones, nos hacen sentir orgullosos de sus acciones. 

Sugerimos a las autoridades brindarles mucha seguridad, sobre todo cuando salen de los aeropuertos hacia sus hogares, y así evitar que sean víctimas de los delincuentes. También, al llegar al país manejen con mucha prudencia y precaución porque aquí nuestras calles,  autopistas y carreteras, parecen una selva. Para muchos choferes, conductores, patanistas, y motoristas las señales de tránsito es como si no existieran. Disfruten sus vacaciones. Esta es su tierra.