José Jordi Veras Rodríguez

El pasado viernes 3 de octubre, el Consejo Nacional de la Magistratura daba a conocer a la opinión pública, la desacertada decisión, hasta el momento de escribir este artículo, sin motivar ni fundamentar, el por qué no se ratificaban los dignos, capaces, laboriosos, honestos y responsables, jueces, Manuel Alexis Read, Pilar Jiménez Ortiz y Moisés Ferrer, para continuar en sus labores en la Suprema Corte de Justicia.

Como abogado y ciudadano, nos sentimos frustrados e impotentes. Y si eso lo pudimos sentir nosotros, no nos imaginamos, los propios evaluados y los demás miembros que componen la clase jurídica seria del país.

Para quienes no son abogados, ese tema es posible que pasara desapercibido y no comprendido. Pero un golpe a miembros probos y teniendo historial de cumplimiento en sus labores, independientemente, a qué institución del Estado pertenezcan, es una “galleta sin mano” a lo institucional.

Aunque haya sido, en principio, basado en las funciones que tiene el Consejo Nacional de la Magistratura, de acuerdo a la normativa que la rige, pero no cumplieron precisamente con lo que establece esa Ley orgánica.  Fue deslucida la decisión de no ratificar los jueces mencionados, porque acorde a lo indicado por la Suprema Corte de Justicia sobre su  labor en esos casi 7 años, había sido muy positiva. Entonces, ¿cuál fue el criterio que primó para no ratificarlos en sus funciones? Acorde a lo declarado por el presidente Luis Abinader, en La Semanal, fue pobre lo argumentado, cuando indicó que: “fue acorde a la ley”.  Qué manera tan vacía de responder a algo tan serio.

Un ciudadano debe saber comprender la dimensión de las decisiones que se toman desde el gobierno, frente a otro poder del Estado, porque de alguna manera, no es al funcionario público, en este caso los jueces no ratificados que les afecta solamente, sino a lo mejor de este pueblo, que cada día exige una justicia independiente, responsable, laboriosa y capaz. Entonces, lo que vimos de forma tan lastimosa ese 3 de octubre, fue un réquiem para la Justicia del país.

Qué pena que un gobierno que ha hablado tanto de respeto a las instituciones, en este caso dio muestras palpables de que, al igual que otros en el pasado, buscan asegurar puestos en las Altas Cortes, a quienes de alguna manera le brindan “mayor confianza” a sus intereses.

Que un juez no posea seguridad en su inamovilidad, es un atraso y un golpe a la democracia misma. No había motivos serios, ni de hechos ni legales ni evaluativos, para que no se ratificaran a los jueces, Manuel Alexis Read, Pilar Jiménez Ortiz y Moisés Ferrer.  

El actuar de esta manera de parte del Consejo Nacional de la Magistratura, donde el gobierno del PRM, tiene la mayoría de los miembros, fue como indicamos, desacertada y fuera de lo institucional o legítimo.

Esto ha sido desmotivador, no solamente para los no ratificados, sino para cada jueza y juez, que en el país realice buena labor, porque siempre estará a expensas, del “interés político” que se pensaba ausente de estos temas.

Hacemos nuestras las palabras en un artículo del ex magistrado de la Suprema Corte de Justicia, el Doctor Julio Aníbal Suárez, cuando indica: Es que la inamovilidad de los jueces no puede verse como un privilegio de estos, “sino como un derecho de los ciudadanos y garantía del correcto funcionamiento del Estado constitucional y democrático de Derecho que asegure una justicia accesible, eficiente y previsible”,
Terminamos con lo que indica el Salmo 9:8: Con justicia juzgarás al mundo; con rectitud juzgarás a las naciones”.