Por: José Jordi Veras Rodríguez.
A veces, es difícil apegarse al plan que Dios te está ofreciendo cuando te ha mostrado que ha deseado que puedas abrir tu conciencia.
A veces , conseguir esa apertura de tu interior es cuestionarte y estar dispuesto a mejorar aquello que te habías resistido a cambiar o transformar. Qué grande es para un ser humano, cuando puede darse cuenta que despertar desde dentro, lo hará más cercano a la inteligencia emocional, a la sabiduría y en rechazar todo aquello que sea capaz de robarte tu paz interior.
Hace poco, leímos esto: “Hay algo más importante que la felicidad, pero no solo de la felicidad, hay algo más importante que la salud, siendo médico. ¿Qué puede ser más importante que la salud y que la felicidad? Pues la palabra mágica es, la paz”. “Tú puedes estar muriéndote de un cáncer terminal y si tú tienes paz, mueres tranquilo. Obtener la paz es un lujo”. “La paz se puede entender de varias maneras. Se refiere a un estado de armonía, tranquilidad y ausencia de conflictos, tanto a nivel individual como colectivo. Sin embargo, el concepto de paz va más allá de la simple ausencia de guerra y puede incluir la justicia, la igualdad, el respeto mutuo y la cooperación”. Estas consideraciones, fueron establecidas por el psiquiatra, Héctor Guerrero Heredia.
Cuando leí lo citado más arriba, me recordaron en las Escrituras, lo que dice el Salmo 107 del 28 al 30: “30 Entonces, se alegran porque están tranquilos, y él los conduce al puerto deseado. 30 Entonces se alegraron de que las aguas estuvieran tranquilas, y él los condujo al puerto deseado. 30 ¡Qué bendición fue aquella quietud mientras los llevaba sanos y salvos al puerto!”.
Nada puede brindarnos mayor paz que saber que caminamos acorde a la justeza y lo que nos dice el Señor Jesús, en cada una de sus enseñanzas.
¿De qué te vale tener o alcanzar el éxito si para ello destruyes, separas, divides o aniquilas? ¿De qué te vale tener razón si la misma no te conduce o te produce paz interior? ¿De qué te vale tenerlo todo a sabiendas cómo lo obtuviste? ¿De qué vale haber conseguido imponer tu criterio si para hacerlo tuviste que sobornar o imponerlo?
Nada es capaz de darte u ofrecerte tranquilidad si vives con un infierno en tu interior. Eso te va destruyendo. Quien no es capaz de mostrar su buena conciencia nunca tendrá la libertad que ofrecer el estar en paz con Dios.
Es posible que existan quienes crean que esto es un pensamiento abstracto, sin embargo, en la medida en que no seamos capaces de mejorar lo que somos o de adecuar lo que somos, no seremos capaces de alcanzar el mayor gozo que solo lo recibe quien se deja guiar por el amor asimismo y a los demás.
Vivimos en un mundo donde cada vez encontramos personas que viven con un infierno en su interior y solo es porque no han sido capaces de reconciliarse consigo mismos y aceptar sus errores y expresar lo que siente, llegando admitir que se siente arrepentidos de ellos y están dispuestos a través de ellos, a crecer y mejorar.
Hemos aprendido con la experiencia de la existencia, que preferimos vivir en paz que tener la razón. Preferimos tener paz ante qué justicia. Y que para mantener la misma, la única manera, y a pesar de la tormenta por la cual atraviesas, es no soltar la mano a quien puede guiar la barca a puerto seguro, porque sabes que quien la lleva, desea lo mejor para ti. Recuerda sobre que te asientas, sobre la Roca, no en arena, tu paz, lo vale todo.