QUE DIOS MARQUE RUMBO.

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Por: José Jordi Veras Rodríguez.

Ante la elección del nuevo papa, León IV, sin temor a equivocarnos, ha traído tranquilidad en medio de dudas sobre lo que sucedería en el Cónclave, sin embargo, se pudo colocar a un hombre que estaba ligado de alguna manera al entonces papa Francisco, cuando le nombró en el Dicasterio, porque era un hombre de su confianza, porque sugería quién si y quién no, podría ser nombrado como Obispo.

En su momento cuando fue nombrado en aquel cargo, indicó, lo siguiente: “Sigo considerándome un misionero. Mi vocación, como la de todo cristiano, es ser misionero, anunciar el Evangelio dondequiera que uno esté”.

Habría la preocupación dentro del Vaticano y fuera de allí, había preocupación de que pudiera darse una fricción o sisma, dependiendo de quién fuera elegido.  Por obra de la gracia de Dios, ha sido a nuestro modo de ver, alguien que pudiera llevar la tranquilidad y el sosiego, luego de la repentina ausencia del anterior papa Francisco.

Debemos recordar que el papa León IV, ha sido misionero de siempre y es un religioso que ha trabajado y ha sido pastor, que ha sabido brindar el ejemplo con acción pero también llevando la Palabra acorde lo que dice.

Todos aquellos que tenían la intención y deseaban que las ideas y el legado de Francisco, no fuera reconocida, de alguna manera Dios permitió que se colocara un corazón lleno de amor, justeza, equilibrio, y bondad, en la persona de León IV, que permitirá que las conquistas se mantengan y que exista el sosiego. Esto también, indicó el nuevo papa León IV:

“Conservemos en nuestros oídos la débil voz del papa Francisco que bendice Roma. El papa que bendijo Roma dio su bendición al mundo entero aquella mañana de Pascua. Permítanme continuar con esa bendición. Dios nos ama. Dios ama a todos. El mal no prevalecerá”

Estamos conscientes y se siente, que desde que fue elegido y nombrado, el nuevo papa León IV, está feliz y en calma. Porque tendremos  la oportunidad de seguir construyendo una iglesia de mayor servicio y entrega, como habría dicho el papa León IV: “Tenemos que buscar juntos ser una Iglesia misionera. Una Iglesia que construye puentes y dialoga”.

Ante un mundo que sigue revuelto y con tanta violencia, de alguna manera, Dios nos ha tenido presentes, porque nos ha bendecido con que hoy podamos contar con un ser humano, que ha dedicado su vida al servicio, a la preocupación por los pobres y a entregar su vida por una iglesia más abierta y llena de misericordia.  Qué bueno, que Dios permitió, que hoy sigamos siendo dirigidos desde el Vaticano por un líder con actitud sensible, sencillo y justo.

Que sea posible, que así como ha permitido, desde que comenzó su trabajo como pastor, pueda permitir que Dios siga conduciendo sus pasos, ahora desde Roma, y que siga marcando su camino, como lo hizo en otros ámbitos del mundo. Dios proteja al nuevo papa, León IV.Correo: jordiveras@yahoo.com; Camino 11/05/25.