Editorial
Las lluvias caídas en los primeros días de mayo han puesto al descubierto el estado de vulnerabilidad en que viven muchas comunidades. Los daños son cuantiosos. Puentes destruidos, caminos dañados, familias damnificadas y edificaciones escolares que han quedado en mal estado.
Necesitamos multiplicar la solidaridad con aquellos que han perdido hasta lo poco que tenían.
Gobierno, y sector privado tienen la urgencia de llegar hasta las personas que están sufriendo.
El compromiso es de todos. Recordemos que la mejor manera de decir es hacer.
Mostremos una vez más, que somos un pueblo generoso.