El bienestar emocional de un adolescente

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Por: Isabel Valerio Lora, MSc.             Email:isabelvlora@gmail.com

Es incorrecto e inmoral tratar de escapar de las consecuencias de los actos propios”. Mahatma Gandhi. 

La adolescencia es la fase de la vida que va de la niñez a la edad adulta, o sea desde los 10 hasta los 19 años. Representa una etapa singular del desarrollo humano y un momento importante para sentar las bases de la buena salud. (OMS, 2023)

Los profundos cambios que se producen en la adolescencia, hace que sea una etapa de alta vulnerabilidad emocional, en la que los trastornos de conducta, la depresión, la ansiedad, el uso de sustancias psicoactivas, entre otros, pueden aparecer, razón por la que el acompañamiento de los padres es fundamental.

A continuación, algunos aspectos importantes que todo padre debe saber:

Los cambios en la adolescencia:

Los adolescentes experimentan un rápido crecimiento físico, cognoscitivo y psicosocial. Esto influye en cómo se sienten, piensan, toman decisiones e interactúan con su entorno.  Los padres deben mantenerse informados sobre estos procesos, eso permite que los entiendan mejor y que los acompañen de forma empática.

Los hábitos saludables:

Para crecer y desarrollarse sanamente, los adolescentes necesitan un modelo a seguir. Los padres son el principal modelo a seguir. Compartir y asumir  rutinas como una alimentación equilibrada, actividad física regular y horarios de sueño adecuados fortalece la salud mental y física de los adolescentes. Cuanto antes  se inicien esos  hábitos, más fácil será mantenerlos en el tiempo.

Promover la autogestión emotional:

Enseñar a los adolescentes a   comprender, regular y expresar sus emociones de forma adecuada. Este aprendizaje se logra con apoyo constante, diálogo y acompañamiento en su vida diaria. De forma especial, cuando enfrenta situaciones que son adversas.

La buena comunicación:

 

Escuchar  activamente a su hijo, sin juzgar hace que la comunicación fluya, brinde confianza de padre nunca de amigo. Mire a su hijo a los ojos mientras habla, observe su lenguaje verbal. Evite las críticas, recuerde crear un espacio que favorezca el diálogo no la discusión.

 

Identifique banderas rojas:

 

Cambios de humor repentino, aislamiento, alteraciones en el sueño o la alimentación, y pérdida de interés en actividades habituales son posibles indicadores de problemas emocionales. Detectarlos a tiempo es  fundamental  para buscar ayuda.

 

 

El entorno social y escolar:

 

El bajo rendimiento académico o la ruptura de relaciones puede provocar malestar emocional. Si se prolongan mucho tiempo o si interfieren en su rutina, es importante buscar ayuda profesional.

 

 

El uso responsable de la tecnología:

 

Los adolescentes deben tener  límites  establecidos  para el uso de la tecnología. Equilibrar el mundo digital con la interacción presencial.