El desafío pastoral de 2025 invita a adaptar las enseñanzas de grandes educadores juveniles San Juan Bosco y Bronislao Markiewicz al contexto moderno. Los ángeles, como mensajeros y guías espirituales, nos inspiran a integrar nuevas metodologías de evangelización con el uso de herramientas actuales, respondiendo a las expectativas de los jóvenes de hoy.
Los jóvenes están muy conectados digitalmente. La Iglesia debe aprovechar las plataformas en línea para crear contenido interactivo (videos, podcasts, foros), fomentando la participación y el acompañamiento espiritual, como lo hacen los ángeles al estar presentes en todo momento. Usar la tecnología de manera efectiva también permite crear espacios seguros de apoyo donde los jóvenes puedan compartir sus dudas, experiencias y crecer juntos en la fe.
Siguiendo el ejemplo de los ángeles, que comunican y acompañan, es importante usar metodologías activas y participativas como el aprendizaje basado en proyectos, juegos, deportes y teatro, para que los jóvenes vivan la fe de manera práctica y divertida. Estas actividades ayudan a desarrollar habilidades como el trabajo en equipo, la empatía y el respeto, y permiten que los jóvenes experimenten la enseñanza cristiana de forma significativa.
Los ángeles custodios nos enseñan el valor del acompañamiento personal. Usando tecnología, los educadores pueden ofrecer apoyo directo a los jóvenes, guiándolos en su crecimiento espiritual y personal, tanto de forma presencial como virtual. Este acompañamiento cercano crea un espacio de confianza, donde los jóvenes pueden sentirse escuchados y comprendidos.
Los ángeles nos muestran la importancia del servicio. La evangelización debe enfocarse en formar a los jóvenes en valores cristianos y compromiso social, motivándolos a involucrarse en causas como la justicia y el cuidado del medio ambiente a través del voluntariado. Esta formación les permite ser agentes de cambio en sus comunidades y en el mundo, viviendo de manera coherente con su fe.
Como los ángeles expresan la belleza divina, las actividades recreativas como la música, el arte y el deporte deben ser parte central de la evangelización, ayudando a los jóvenes a vivir su fe de forma dinámica y comunitaria. Estas actividades ofrecen momentos de disfrute, pero también de crecimiento personal, espiritual y colectivo, en un ambiente que promueve la creatividad y el encuentro con Dios.
Los ángeles guían sin imponer. De igual manera, es fundamental fomentar el liderazgo juvenil, permitiendo que los jóvenes asuman responsabilidades en la Iglesia y la sociedad, comprometidos con su fe y el bien común. A través de la participación en proyectos y actividades, los jóvenes pueden aprender a tomar decisiones, a ser responsables y a guiar a otros con humildad y dedicación.
Así que la evangelización debe adaptarse a los jóvenes y niños de hoy, integrando las enseñanzas de San Juan Bosco y Bronislao Markiewicz con nuevas metodologías. Siguiendo el ejemplo de los ángeles, debemos usar la tecnología, fomentar métodos participativos, brindar acompañamiento cercano y promover el liderazgo juvenil para ayudar a los jóvenes a vivir su fe de manera activa y transformadora. De esta forma, los jóvenes podrán construir una relación más profunda con Dios y con su comunidad, convirtiéndose en testigos vivos del amor cristiano en el mundo.