1. El Milagro de la Navidad: Fuente de una Nueva Infancia Misionera

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La Navidad es el tiempo en que celebramos el milagro de la salvación, renovando la esperanza del mundo a través del nacimiento de Jesucristo. Este misterio de amor no solo rememora el pasado, sino que nos invita a revivir la visión de la Infancia Misionera, como esperanza renovada en este año jubilar, donde los niños, al igual que los ángeles, tienen un papel clave en la misión de anunciar el Evangelio.

El milagro de la Navidad nos recuerda que cada niño tiene un propósito divino. Es nuestra responsabilidad guiarlos para que reconozcan su misión. La Infancia Misionera, que celebraremos el 26 de enero, no solo es una ocasión para que los niños reciban el amor de Dios, sino para que se conviertan en misioneros activos de la Iglesia. A través de su pureza y alegría, los niños pueden llevar el Evangelio a todos los rincones del mundo.

Aunque muchos niños provienen de contextos difíciles, todos tienen un papel fundamental en la evangelización, comenzando en su hogar, escuela o comunidad. Durante el Nacimiento de Jesús, los ángeles anunciaron el acontecimiento más grande de la historia. Hoy, los ángeles siguen guiando a los niños, llevándolos hacia Cristo, recordándonos que Dios los cuida y les da la gracia para ser valientes anunciadores de Su amor.

Es crucial que los adultos seamos guías para los niños, como los ángeles lo fueron para Jesús. María, la Madre de la Altagracia, fue el primer ejemplo de madre intercesora que acogió al Niño Dios. Hoy, muchos niños carecen de un entorno seguro y amoroso, lo que nos invita a reflexionar sobre cómo estamos velando por los más vulnerables, especialmente aquellos en pobreza, violencia o abandono.

El Grupo Teatral ¡Guerreros de San Miguel!, con su obra El Regalo de la Navidad, ha mostrado cómo los niños, a pesar de las dificultades, pueden ser misioneros activos de la fe. A través de su arte, transmitieron un mensaje poderoso de que los niños, incluso en medio de las dificultades, pueden ser mensajeros de Cristo.

Este tipo de iniciativas deben celebrarse durante el Año Jubilar, pues nos enseñan que los niños, como guerreros de la fe, pueden ser agentes de cambio. Así como los ángeles guiaron a los pastores hacia el pesebre, los niños pueden ser guías de la luz de Cristo. El Regalo de la Navidad nos recuerda que la misión de los niños se extiende a sus acciones, gestos de amor y fe viva.

El milagro de la Navidad no solo recuerda el nacimiento de Jesús, sino que nos llama a ser comunidad, guiando a los niños y animándolos a ser misioneros de esperanza. Que este tiempo nos inspire a trabajar juntos para que todos los niños, especialmente los más vulnerables, crezcan como misioneros valientes de la fe, llevando el mensaje de la Navidad y de Jesús al mundo.