Regresó a la Casa del Padre el querido sacerdote Francisco Emilio Almonte Valdez, nacido en El Naranjal, Cutupú, La Vega, el 21 de mayo, y bautizado el 25 de junio de 1939. De él podemos decir que pasó por la vida haciendo el bien.
Hombre íntegro, sencillo, y acogedor. Su ministerio es un referente a seguir para aquellos que deseen vivir su vocación sin dobleces.
En su última homilía en la Catedral de La Vega, dio gracias a Dios por sus padres, y por haber tenido una familia humilde y religiosa.
Pidió que se ore por las vocaciones, los seminaristas y los sacerdotes, y dijo:
Ustedes no se imaginan el bien que hacen a los sacerdotes cuando nos brindan cariño, expresan respecto, hacen oraciones por nosotros… cuando la gente nos trata con cariño, amor y respeto, se siente tan bien.
Llamó a colaborar como cristianos a que una parroquia no dependa solo del párroco. Porque, la parte más importante ¿quienes serán? ¡Ustedes!
Padre Almonte, gracias por su entrega a los demás.
Las muestras de cariño que hemos visto hacia usted desde que se anunció su regreso al Padre, el pasado 8 de diciembre, reflejan lo mucho que le quiso este pueblo.
El próximo 19 de este mes usted cumpliría 60 años de haber sido ordenado sacerdote. Lleguen hasta el cielo nuestras felicitaciones.
¡Paz a su alma!