La Tradición y Reflexión Apocalíptica sobre los Ángeles ante Dios
Varios Padres de la Iglesia mostraron un gran respeto por los libros apocalípticos no canónicos, especialmente el Libro de Enoc. No es sorprendente que estos textos sean citados o referenciados en los escritos tardíos del Nuevo Testamento. La tradición apocalíptica en el período Inter testamentario se basó en los mismos principios revelados en los libros canónicos del Antiguo Testamento. Muchas de las ideas que surgieron de esta tradición fueron conclusiones correctas, basadas en la revelación previamente conocida.
En cuanto a la angelología del Antiguo Testamento, se centra en la relación de los ángeles con Yahvé, que experimenta una transposición significativa en el Nuevo Testamento, cuando el Hijo de Dios se revela plenamente en el contexto de la historia de la salvación. Fue entonces cuando Cristo, como “heredero legítimo”, asumió muchos de los atributos divinos, incluido el servicio de los ángeles. Esta relación alcanza su máxima manifestación en el Apocalipsis de Juan, que culmina la Revelación bíblica.
Para ordenar los datos del Antiguo Testamento, utilizamos los términos de la ontología filosófica, familiarizada en la tradición cristiana durante dos mil años.
LOS ÁNGELES COMO SERES RACIONALES DEPENDIENTES DE DIOS
En este estudio, nos centraremos en la enseñanza del Antiguo Testamento, tal como fue heredada por los autores del Nuevo Testamento, tanto judíos como griegos, que conocían las traducciones de las Escrituras, especialmente la Septuaginta. A pesar de su monoteísmo, en el pensamiento hebreo Yahvé nunca se presenta de manera aislada. El Antiguo Testamento, en sus tres secciones —la Torá, los Profetas y los Escritos— afirma en múltiples ocasiones que Yahvé es el Creador de todo lo que existe, incluidos los ángeles. Estos seres celestiales son descritos con frecuencia, y la enseñanza de su creación es reforzada por varios pasajes específicos que nos muestran la naturaleza de los ángeles como seres creados. Por ejemplo, en el himno penitencial del Libro de Nehemías leemos:
Entonces Esdras dijo: «Tú, Yavé, tú solo hiciste los cielos, el cielo de los cielos y todo su ejército, la tierra y cuanto hay en ella, los mares y todo lo que contienen. A todos tú les das vida, y a ti te adoran todos los ángeles del cielo. (Nehemías 9,6)
En este pasaje, Yahvé es descrito como el Creador de los “cielos” y del “ejército de los cielos”, que puede interpretarse tanto como las estrellas como los ángeles. Esto se confirma en el Salmo 103:
“Bendigan al Señor todos sus ángeles, héroes poderosos, que ejecutan sus órdenes apenas oyen el sonido de su palabra. Bendigan al Señor todos sus ejércitos, sus servidores, para hacer su voluntad”. (Salmo 103,20-21)
Estos textos presentan de manera paralela a las estrellas y los espíritus porque ambos habitan en el “cielo”, la morada de Dios. Los ángeles, como seres espirituales, poseen poder sobrenatural e inteligencia sobrehumana, y son esencialmente invisibles a los sentidos humanos.
En resumen, los ángeles, según la tradición bíblica, son criaturas creadas por Dios, que sirven a su voluntad y participan activamente en el plan divino. Esta visión se profundiza en el Nuevo Testamento, cuando su relación con el Hijo de Dios cobra una nueva dimensión en la historia de la salvación.