Fray Radhames Abreu
La Semana Vocacional celebrada recientemente me permite puntualizar algunos aspectos de la experiencia o aventura evangélica de San Francisco de Asís en cuanto propiamente, a su vocación o seguimiento a Jesucristo.
Necesariamente, tendríamos que hablar del carisma o espiritualidad del pobrecillo para entender esas características propias, que el Dios Altísimo le reveló.
La llamada, la vocación, tiene e inicia su proceso desde la misma realidad existencial, llamando a cada uno por su nombre, como ocurrió con los apóstoles y se repitió con San Francisco y sus hermanos, quienes decidieron vivir en castidad, pobreza y obediencia. Tener solo a Dios, servirle con alegría, sencillez, humildad, pobreza, amando a todos, a todas las criaturas, bajo la comunión fraterna,
en alabanzas al Dios Altísimo, siendo instrumento de paz. Esencialmente, esas son las grandes características del Carisma, Espiritualidad y Vocación Franciscana.