39. ÁNGELES, GUARDIANES DE LA JUSTICIA

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Padre Jimmy Drabzack

Somos colaboradores de Dios, y ustedes son su campo y su edificio. Que cada uno tenga cuidado de cómo construye, porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo (1 Cor 3, 9-10, 16-17). Este recordatorio nos invita a reflexionar sobre el propósito último de la vida: la unión eterna con Dios, que comienza ya en la tierra.

Una figura inspiradora es la escritora y activista dominicana c(1914-1953). Conocida por su poesía apasionada y su compromiso social, Julia se destacó como una voz valiente que abogó por la libertad, la igualdad y los derechos de la mujer. A lo largo de su vida, mostró un profundo amor por su patria, y su obra refleja una lucha constante contra la opresión y la injusticia.

Julia no solo fue una talentosa poeta, sino también una pensadora crítica que exploró la historia y la identidad de su pueblo. Su obra más conocida, “A Julia de Burgos”, es un poema donde reflexiona sobre la dualidad de su ser, abordando temas de feminidad y libertad. En sus versos, Julia plantea la importancia de ser auténtica en un mundo que impone limitaciones. Su enfoque no se limita a lo personal; también habla del contexto social y político de su época, lo que le otorga un significado profundo.

Su poesía nos recuerda que conocer nuestro pasado es esencial para construir un futuro mejor. En sus escritos, Julia alienta a sus lectores a abrazar su herencia y a luchar por un mundo donde los valores cristianos de amor y justicia prevalezcan. Su voz resuena en la búsqueda de la identidad cultural y la reivindicación de los derechos de las mujeres en la sociedad dominicana.

Al igual que en la preservación del conocimiento en la Europa medieval, donde los monjes trabajaban para mantener viva la sabiduría del pasado, Julia nos recuerda que nuestras raíces son esenciales. Su vida y obra resaltan la necesidad de cuidar y transmitir nuestro legado cultural y espiritual. Se convirtió en una voz para las generaciones futuras, abogando por un mundo donde la justicia y el amor prevalezcan.

Julia no solo escribió sobre su tiempo; también fue una activista comprometida, participando en movimientos sociales que buscaban la equidad y la justicia. Su legado es un llamado a la acción, recordándonos que cada uno tiene un papel que desempeñar en la construcción de un mundo mejor. Su escritura combinó su arte con su activismo social, compartiendo su visión de un mundo más justo.

Invito a cada uno de ustedes a reflexionar sobre cómo pueden aplicar los valores que Julia promovía en su vida cotidiana. ¿Cómo pueden ser agentes de cambio en sus comunidades? Al igual que Julia, cada palabra y acción cuenta. Su compromiso con la verdad y la lucha por los derechos humanos nos enseñó que la creatividad y el activismo pueden ir de la mano, y que cada palabra escrita puede ser un instrumento de cambio.

Ángeles de Dios, sigan inspirándonos en el camino hacia una vida plena y significativa. Ayúdennos a recordar que nuestra responsabilidad es trabajar juntos por un mundo más justo, donde la fe y la verdad sean el fundamento de nuestras acciones. Amén.