En este año dedicado por nuestra Iglesia a la Oración, en preparación al jubileo del próximo, vale que nos detengamos, en esas oraciones poéticas del pueblo de Dios, contenidas en las Sagradas Escrituras, que son los Salmos. Sobre ellos, Xavier León-Dufour dice: ´´Dios, al darnos el salterio, nos pone en la boca las palabras que quiere oír,  nos indica la dimensión de la oración´´. Los Salmos son oraciones personales y comunitarias, que parten de la existencia en sus diversas situaciones, ellos son oraciones seguras y confiadas.

Del Hebreo ´´Tehillim´´ (Alabanzas). Son citados en abundancia en el Nuevo Testamento . El Concilio Vaticano II ve en los Salmos: La voz de la esposa de Cristo que es la Iglesia, hablándole a él. Los Salmos deben ser leídos, con todo lo que conllevan, en nuestras dimensiones sociales, culturales y espirituales de hoy.

Están organizados en un Pentateuco: I Libro: Sal 1-41, II Libro: Sal 42-72, III Libro: Sal 73-89, IV Libro: Sal 90-106 y V Libro: Sal 107-150. Tienen influencias de las culturas y naciones circundantes a Israel en su historia (Sal 2, 33,34, 104 y 110), las acciones cultuales del pueblo. El fondo de los Salmos es eclesial (la Asamblea reunida) (Sal 15,118, 120. 122, 123, 131, 132, 134, 136). Hay duplicados entre ellos mismos (Sal 14=53, 40B=70, 57B=108B, 18=2Sam 22).

La numeración de los Salmos:  hasta el Salmo 9, tanto el texto hebreo como el griego coinciden, pero el texto griego divide el Salmo nueve en dos, y a partir de ahí, en las Biblias, el número que está delante es la numeración hebrea, y la entre paréntesis es la griega. A la hora de citar se toma la numeración hebrea.

Los Salmos son oraciones líricas, poesía semítica. Tienen su propio ritmo, el cual apreciamos en la lectura hebrea del mismo. Los salmos: ´´ El jardín de los símbolos y de la imaginación´´ (Sal 58). En los Salmos son célebres las imágenes de Dios: Sal 75,9; 78,9.65; 27,10; 103,13; 131,2. Todo habla de Dios: 8; 18;29; 65; 68. Al hablar de los símbolos relativos al hombre, las imágenes designan la experiencia íntima del orante: Sal 23; 36, 8-9; 42,2; 73,22; 102,7; 103,5.

Hay una simbología que abarca la visión que se tiene del universo: Sal 8; 19; 65; 104. Aparecen frases hiperbólicas-imprecatorias: Sal 109 y 137. En ella se denota el alma y la cultura oriental.

Según Gianfranco Ravasi,  en la teología de los Salmos, vemos que ellos son  como las grandes Catedrales, en las cuales han trabajado artistas diversos. Son reflexiones implícitas sobre el encuentro con Dios.

 El Salterio es la celebración de una relación, un hesed. El acordarse de Dios, es sinónimo de creer, y es lo que buscan los salmistas. Es frecuente la invitación a recordar las maravillas de antaño. Hacen referencia a una relación mística con Dios, que abre a la perspectiva de la inmortalidad. En ellos hay un proyecto de paz. Es la divina justicia cantada gozosamente a nivel eclesial, universal y cósmica.

Hay un enemigo: el mal. Presente a partir de la guerra, la espada, arco y flecha, escudo, flecha, la derrota, enfermedad, etc. El silencio de Dios y el pecado del hombre, que es su silencio profundizado en sus dimensiones morales. 

Hay un espacio; la ciudad santa, Jerusalén, Sión. El señor se encuentra con el hombre en un espacio que es el templo y el tiempo, que es la historia davídica. Es el pueblo de la elección y de la alianza con su historia.

 Hay otro espacio de encuentro más amplio, que es la creación. El salterio se ha convertido en el texto de la meditación orante cristiana.