Bogna Białecka

Qué puedes hacer para ayudar a un ser querido en riesgo de suicidio

El suicidio suele aparecer de repente. Sin embargo, con el tiempo, analizando el comportamiento pasado de una persona suicida, nos damos cuenta de las señales de advertencia, pero es fácil pasarlas por alto si no sabemos a qué prestar atención. Por lo tanto, vale la pena aprender cómo ayudar y salvar la vida de alguien con pensamientos suicidas.

Los pensamientos suicidas pueden aparecer bajo la influencia de crisis, sufrimiento, pero a veces también como un efecto secundario de la medicación o incluso un simple insomnio crónico. Siempre van acompañados de dudas sobre el sentido y el propósito de la vida y de la convicción de que será mejor para todos si desaparecemos. Estos pensamientos pueden aparecer esporádicamente en casi cualquier persona, pero en las personas suicidas es un motivo constante que impregna el pensamiento.

Verdades y mitos sobre el suicidio: Cómo reconocer el peligro y obtener ayuda

  1. El suicidio llega sin avisar

Realidad: El suicidio rara vez es un acto sin previo aviso. Aunque una persona en crisis no hable directamente de sus intenciones, suele dar diversas señales, como una tristeza prolongada, descuidar su aspecto, evitar el contacto social o -muy característico- regalar objetos valiosos y a los que está vinculada emocionalmente.

  1. Hablar del suicidio puede alentarlo

Realidad: Hablar de pensamientos suicidas puede ser el primer paso para obtener ayuda. Una conversación franca muestra a una persona en crisis que no está sola con sus problemas y que se pueden encontrar otras soluciones.

Por lo tanto, no debemos tener miedo a la pregunta: “¿Tienes pensamientos suicidas?” Hacer esta pregunta no empujará a la persona a la acción, pero puede ayudarle a abrirse. Si la respuesta es: “Sí, quiero suicidarme”, hay que saber qué hacer a continuación.

3. Los suicidas no quieren morir, solo manipulan el entorno

Realidad: Los intentos de suicidio no son una manipulación, sino un grito de ayuda. Una persona en crisis necesita atención y apoyo para seguir viviendo una vida mejor que antes.

4. El suicidio no puede prevenirse

Realidad: El suicidio puede prevenirse. La clave está en reconocer rápidamente el peligro y responder adecuadamente. Una ayuda a tiempo puede salvar vidas.

5. El objetivo de un intento de suicidio es acabar con la propia vida

Realidad: La mayoría de las personas que intentan suicidarse no desean necesariamente acabar con su vida. Se caracterizan por la ambivalencia, es decir, un deseo simultáneo de vivir y morir. Sus actos no suelen ser claros, y la muerte se ve como una posibilidad y no como algo inevitable. Esto deja margen para que quienes les rodean reaccionen y rescaten a esa persona. Por eso es crucial desarrollar un plan de seguridad.

Plan de seguridad

Una persona en crisis rara vez está decidida a suicidarse, lo más frecuente es que experimente impulsos momentáneos pero intensos que le empujan hacia la autodestrucción. Algunas personas tras un intento de suicidio son las que han tenido un cambio de opinión de última hora y han conseguido revertir parcialmente los efectos de sus actos.

Por lo tanto, si tenemos a nuestro cuidado a una persona que está teniendo pensamientos suicidas, hay muchas cosas que podemos hacer para ayudarle. Es importante que esto no se haga en lugar de la terapia, sino para apoyarla.