El padre  Carlos García Carreras, S.J, Charli tuvo su Pascua  el  01 de agosto 2024, a los  81 años.   CAMINO destacó su presencia  junto al padre Pedro Suárez, en la ordenación sacerdotal de José Manuel Viloria Ayala, S.J., en su edición del 07 de julio.  

Estar en silla de ruedas no impidió que viajaran unos cien kilómetros, desde Santo Domingo al Santo Cerro.  Querían  imponerle las manos y abrazarlo.

En el Almanaque Escuela 2023, de Ediciones Radio Santa María, queda como  tesoro  el escrito del padre Carlos titulado: “Reformular el sentido de la vida tras una grave enfermedad” , páginas 22-23.

Por  4 años, el padre Carlos estuvo sirviendo con vitalidad y alegría a pesar de la hemiplegia que afectó su más activo lado derecho.  No pudo rehabilitar su mano derecha, pero sí renovar,  por el  Espíritu Santo, todo su ministerio.

Pude tomarle fotos para ilustrar el artículo.  Me impresionaron sus manos sacerdotales que testimoniaban servicio.  En el féretro  ví esas manos por última vez y las fotografié. La izquierda se fortaleció sirviendo, y estaba sobre su mano derecha fragilizada.   Sostenían  un rosario, en hermosa armonía.

La experiencia de Dios

La hemiplegia irrumpió en abril del 2020. Nos contaba:  “en  las primeras semanas  de enfermedad me sentí desconcertado y deprimido. Después de eso, poniéndome en las manos de Dios para que hiciera en mí lo que Él quisiera, empecé a descubrir poco a poco el nuevo sentido que iba adquiriendo mi vida.”

Comenzó a aprender a partir de su nueva situación. Incluso logró firmar con su mano izquierda.  Y aquí viene su relato de la experiencia novedosa de Dios: “Descubrí que mi nuevo ritmo de vida me facilitaba una desconocida cantidad y calidad de tiempo para conversar con el Señor, como dos amigos que saben compartir sus sentimientos más profundos casi sin palabras. Y se me fueron iluminando mis posibilidades…de servicio alegre y entusiasta a mi comunidad jesuítica en nuestra enfermería, a mi Provincia en la Compañía de Jesús y al Pueblo de Dios en donde quiera que, aun con mis limitaciones de salud y edad, me envíen en misión en el futuro los superiores.”

Y continúa el relato del padre Carlos en su publicación del Almanaque Escuela 2023: “En el fondo, redescubrí que cada vez que se nos cierra una puerta, Dios nos abre otra. Que Él siempre tiene una propuesta interesante para cada uno de nosotros, una nueva invitación que nos hace y que llena de sentido nuestra vida. Reconocí que nadie me conoce y me quiere más que Él, y que su amor me da la posibilidad de volver a ser y sentirme útil. Que también en mi situación actual el Señor sigue contando conmigo para hacer realidad Su Reino en medio de nosotros.”

Recibamos nuestro regalo

Dios me concedió la gracia de acercarme al padre Carlos en esta etapa final de su vida, para entrevistarle, tomarle fotos, concelebrar, contemplarle… Me considero heredero de una imagen sacerdotal que deseo me ayude a llevar mi compromiso hasta la alegría.

Destaco la disposición del padre Carlos, como jesuita, para el “magis”, para dar más, para entregarlo todo…

Encontrando más a su amigo Jesús, él pudo compartir mejor  con  todos los amigos y amigas su historia sacerdotal. En su 80 cumpleaños desde Radio Santa Maria fuimos a visitarlo a  la enfermería de Manresa Loyola. Se unieron amistades de muchos años.  Y la familiaridad se expresó bellamente.

Lo más impresionante fue verle presidir la Eucaristía. Y presentar el cuerpo y la sangre de Cristo sólo con su mano izquierda sacerdotal,  diciendo: “Por Cristo, con Él y en Él, a Ti Dios Padre Omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo…”

De su presencia servidora brotaba una gran alegría y entusiasmo que me recordaba a Jesús alegre invitándonos a llevar nuestra alegría a su plenitud. Es difícil encontrar una persona muy limitada  con una sonrisa tan honda e ilimitada.

Pidamos al Señor nuestro regalo. Que Él  nos conceda reformular el sentido de nuestra vida, como se lo regaló al padre Carlos, que fue capaz de retransmitir a tantos “la alegría y el entusiasmo del Reino que Jesús inauguró.”