La Conferencia Episcopal de Haití ha enviado un mensaje de esperanza a este pueblo hermano que por años viene arrastrando una situación de violencia espantosa.
Los Obispos levantan su grito presentando de forma descarnada la realidad por la cual está atravesando Haití:… ”y vivimos con amargura y dolor el sufrimiento de nuestro pueblo causado por la violencia ciega de bandidos fuertemente armados. El cinismo y la indiferencia de los líderes políticos, y las vacilaciones de la comunidad internacional. El grito de nuestro Pueblo, afectado hasta lo más profundo, resuena en nuestros oídos y en nuestro corazón de pastores. “
Al exponer con claridad meridiana tantos signos de muerte que impiden a este pueblo construir la justicia, los obispos exhortan a que frente a la barbarie que se apodera del país, la solución no es la pasividad, y menos cuando la población es rehén de la violencia despiadada de las pandillas y sus aliados, además del silencio cómplice del gobierno.
Frente a tanto dolor y desasosiego, creen que es posible transformar estos conflictos deshumanizantes en eslabones de un nuevo proceso.
“Reafirmamos alto y claro al mundo que hay que detener este genocidio. Pedimos a quienes actualmente están en el poder que tomen medidas concretas y enérgicas para una verdadera reconciliación histórica en Haití.”
Con claridad expresan, que los poderes públicos y otros sectores de la nación cesen al mismo tiempo en su complicidad y apoyo a las bandas armadas.
Creemos que llegó la hora para que la comunidad internacional deje atrás las palabras, y comience a contribuir para alcanzar la paz en esta nación hermana.
Este es el único camino que evitará el éxodo desesperado de sus hijos que van por el mundo buscando una vida digna.