Foto en el camino
Visto desde el cielo el manglar es un laberinto.
En su ondulante estructura mueren las olas y nace la vida; nueva, protegida e infinita.
El sol se peina en los espejos del manglar y se deja pintar las mejillas de sumo de sal rosada.
Un espacio de ojos y espíritus en una danza eterna que une el cielo con el suelo y el mar con tierra firme.
Mundo que cruje con todo lo que crece, brota, se gesta y vive en sus entrañas.